Reducción
Fenomenológica: Experiencia con el Café (Una bebida caliente)
El contexto
de la experiencia es en la rutina, la vida que transcurre marcada por un
horario que a su ritmo lleva un programa de las principales acciones del
día. Es Viernes, 6:30 am. Después de mis aseos personales y siguiendo
mi programa del día me acerco a tomar café; un buen, caliente y exquisito café.
Estoy solo cuando lo tomo. La bebida
(café) está caliente, no puedo describir el nivel o grados de temperatura en la
que se encuentra, simplemente está caliente.
El silencio me acompaña y la serenidad con la que gozo hoy, me posibilita
que pueda disfrutar de este café caliente.
Las
características de la experiencia son: Su color: oscuro, su apariencia espesa
(es decir cargado de café), su sabor amargo muy peculiar de la bebida. Un amargo pero agradable. La mezcla de azúcar a la bebida no merma el
típico amarguito del café. La bebida
está caliente y degusto de ella lentamente y disfruto con serenidad de su
sabor, agradable a mi paladar.
En la experiencia con el café, no dejo de
darme cuenta el esfuerzo que conlleva el fruto de un arduo trabajo. El variado esfuerzo de
hacerlo pasar por diferentes procesos hasta llegar a ser de un grano tostado a
un buen café molido que, mezclado con agua
y a una temperatura muy considerable se vuelve un buen café como bebida.
Con la bebida
de un buen café conecto mi vida en esta experiencia con la de muchos hombres y
mujeres. La experiencia de beber un buen
café me da la oportunidad de ver que lo esencial de la vida pasa por procesos
hasta llegar a ser algo útil, agradable como lo es beber un buen café caliente.
Cuando mezclo
azúcar al café tengo la experiencia de sentir que en mi vida hay otros
elementos que van adhiriéndose y que a su vez van dando sabor.
En la
serenidad y tranquilidad de beber un buen café caliente con delicadeza y sin prisa
entiendo que también la vida hay que llevarla con calma. La paz y serenidad de un beber café caliente,
es muy necesaria.
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