LA
EXPERIENCIA DE LA CONVICCIÓN
Felipe Miranda Castillo
Un día escuchaba que una
persona decía que hay que expresar con actos prácticos- facticos lo que
creemos. A partir de esta idea, empecé a preguntarme ¿Cómo es que creo esto o
aquello? ¿Por qué lo pongo en práctica? ¿Cuál es la motivación para creer en algo
y actuar conforme a tal creencia? Surgió en mi conciencia la idea de la
convicción, por esta razón, me pregunté ¿Qué es convicción? ¿Cómo se forma una
convicción en mi conciencia?
Como tenía muchas dudas en
torno a esta palabra, busqué una de sus definiciones y encontré que ‘es una
idea fuertemente aferrada’[1],
luego leí que Husserl opina que el yo como sustrato de habitualidades, no es un
polo vacío de identidad sino que, en virtud una legalidad propia de la génesis trascendental, con cada acto de
un sentido nuevo que irradia de él, gana una propiedad nueva y permanente.
Husserl presenta un ejemplo, cuando yo me decido por primera vez y actúo, el
acto pasa, pero el yo decido de tal o cual manera permanece. Husserl continúa,
mientras la convicción mantiene validez para mí, yo puedo reiterar
continuamente a ella.[2]
También, recordé algunas ideas del padre Gallo “cada acto nuevo decidido por el
yo, como la asunción de un valor se coloca en el conjunto de las actividades
responsables de la persona humana. El padre afirma que la voluntad es una
fuerza ilimitada que nos frena o nos arrastra, es la expresión última de la
verdad de mí ser. ”[3]
Con estas orientaciones y a
partir de la reflexión de las mismas, llegué a preguntarme ¿Cómo es que se
forma una convicción en mi conciencia, de modo, que me sirve de guía práctica
de vida? Traje a mi memoria las veces que sentí que actuaba desde una
convicción. Recordé que había afirmado algo sobre lo que es un valor para mí y,
cuando alguien me cuestionó, sentí seguridad para seguir creyendo en este
valor, ya sea que, el otro llegase a creer lo mismo o no. Es decir, que como me
guiaba por ciertas ideas, la convicción de la misma generaba en mí confianza
sobre lo que decía y vivía. Es decir en las contradicciones puedo saber cuándo defiendo
mi convicción. En otras palabras, la puesta a prueba de mi creencia y la forma
en que me mantuve firme en ella, es la convicción.
Por ejemplo, si tengo por
convicción ser amable con los demás, hubo una experiencia que me mostró como
este valor me convendría para decidirme actuar de esa manera. A partir de ahí,
las múltiples prácticas de la amabilidad me fueron preparando, por medio del
gusto que experimenté (gratificación) de ser amable, de modo que, cuando
alguien me critique o actúe de forma desagradable ante mi amabilidad, podré
sostener mi convicción gracias a las experiencias gratas que tuve y este
accidente no me hará abandonar la amabilidad. Por decirlo así, me llené de
amabilidad que un acto que me la ponga en duda no me la quitará. Sin embargo
tengo en cuenta que una serie de dificultades pueden formar una convicción o
hacerla cambiar.
También puedo decir que la
convicción abarca todas las dimensiones del ser humano, en el pensamiento hay
una idea motor (creencia), a nivel de emociones, se siente gusto cuando actúo a
partir de lo que creo y además siento deseo de actuar conforme a mis creencias,
y si mi voluntad no me mueve a hacer lo que tengo por convicción me llego a
sentir triste y hasta enojado porque no actúe conforme a mi conciencia de la
convicción.
Ahora bien, ¿sin creencia habrá
convicción? Creo que por lo menos una creencia como certeza para decidir, es la
que permite que haya una convicción ¿Será todo tipo de creencia, una
convicción? Creo que no. Porque hay un cierto tipo de creencia, como un
conjunto de perjuicios, ejemplo, sobre la existencia de espíritus malos que
hacen daño, y esto dependiendo de la intensidad con que se asume puede que sea
una convicción o simplemente será algo que me asuste eventualmente. No
obstante, de una experiencia de este tipo puede surgir una convicción como la
de orar cuando sienta un miedo ligado a esta creencia. Por otra parte, puedo
creer que todo lo que acontece es devenir, pero aun así, cuando tengo alguna expectativa
de algo que deseo que se dé y, eso no se me cumple llego a sentir tristeza por
la no aceptación de lo que se dio, por esto considero que las convicciones
llegan a tener sus límites en la vida práctica del ser humano.
La religión cristiana enseña
que la fe es una convicción que orienta y da sentido a la vida. Considero que
los contenido de la doctrina de la fe Católica son tantos que algunos se lograrán
tener por convicciones y otros no.
En resumen, una convicción, es
una forma específica de decisión que se toma a partir de lo que se considera
como valor, genera en la persona la satisfacción y la confianza de continuar
actuando conforme a lo que cree, porque partir de su experiencia es lo que más me
ha convenido o favorecido. En otras palabras, llego a convencerme que es la
mejor forma para poder desenvolver mi vida.
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