lunes, 2 de junio de 2014

LA EXPERIENCIA DE LA CONVICCIÓN
Felipe Miranda Castillo

Un día escuchaba que una persona decía que hay que expresar con actos prácticos- facticos lo que creemos. A partir de esta idea, empecé a preguntarme ¿Cómo es que creo esto o aquello? ¿Por qué lo pongo en práctica? ¿Cuál es la motivación para creer en algo y actuar conforme a tal creencia? Surgió en mi conciencia la idea de la convicción, por esta razón, me pregunté ¿Qué es convicción? ¿Cómo se forma una convicción en mi conciencia?

Como tenía muchas dudas en torno a esta palabra, busqué una de sus definiciones y encontré que ‘es una idea fuertemente aferrada’[1], luego leí que Husserl opina que el yo como sustrato de habitualidades, no es un polo vacío de identidad sino que, en virtud una legalidad propia de la génesis trascendental, con cada acto de un sentido nuevo que irradia de él, gana una propiedad nueva y permanente. Husserl presenta un ejemplo, cuando yo me decido por primera vez y actúo, el acto pasa, pero el yo decido de tal o cual manera permanece. Husserl continúa, mientras la convicción mantiene validez para mí, yo puedo reiterar continuamente a ella.[2] También, recordé algunas ideas del padre Gallo “cada acto nuevo decidido por el yo, como la asunción de un valor se coloca en el conjunto de las actividades responsables de la persona humana. El padre afirma que la voluntad es una fuerza ilimitada que nos frena o nos arrastra, es la expresión última de la verdad de mí ser. ”[3]

Con estas orientaciones y a partir de la reflexión de las mismas, llegué a preguntarme ¿Cómo es que se forma una convicción en mi conciencia, de modo, que me sirve de guía práctica de vida? Traje a mi memoria las veces que sentí que actuaba desde una convicción. Recordé que había afirmado algo sobre lo que es un valor para mí y, cuando alguien me cuestionó, sentí seguridad para seguir creyendo en este valor, ya sea que, el otro llegase a creer lo mismo o no. Es decir, que como me guiaba por ciertas ideas, la convicción de la misma generaba en mí confianza sobre lo que decía y vivía. Es decir en las contradicciones puedo saber cuándo defiendo mi convicción. En otras palabras, la puesta a prueba de mi creencia y la forma en que me mantuve firme en ella, es la convicción.

Por ejemplo, si tengo por convicción ser amable con los demás, hubo una experiencia que me mostró como este valor me convendría para decidirme actuar de esa manera. A partir de ahí, las múltiples prácticas de la amabilidad me fueron preparando, por medio del gusto que experimenté (gratificación) de ser amable, de modo que, cuando alguien me critique o actúe de forma desagradable ante mi amabilidad, podré sostener mi convicción gracias a las experiencias gratas que tuve y este accidente no me hará abandonar la amabilidad. Por decirlo así, me llené de amabilidad que un acto que me la ponga en duda no me la quitará. Sin embargo tengo en cuenta que una serie de dificultades pueden formar una convicción o hacerla cambiar.

También puedo decir que la convicción abarca todas las dimensiones del ser humano, en el pensamiento hay una idea motor (creencia), a nivel de emociones, se siente gusto cuando actúo a partir de lo que creo y además siento deseo de actuar conforme a mis creencias, y si mi voluntad no me mueve a hacer lo que tengo por convicción me llego a sentir triste y hasta enojado porque no actúe conforme a mi conciencia de la convicción.

Ahora bien, ¿sin creencia habrá convicción? Creo que por lo menos una creencia como certeza para decidir, es la que permite que haya una convicción ¿Será todo tipo de creencia, una convicción? Creo que no. Porque hay un cierto tipo de creencia, como un conjunto de perjuicios, ejemplo, sobre la existencia de espíritus malos que hacen daño, y esto dependiendo de la intensidad con que se asume puede que sea una convicción o simplemente será algo que me asuste eventualmente. No obstante, de una experiencia de este tipo puede surgir una convicción como la de orar cuando sienta un miedo ligado a esta creencia. Por otra parte, puedo creer que todo lo que acontece es devenir, pero aun así, cuando tengo alguna expectativa de algo que deseo que se dé y, eso no se me cumple llego a sentir tristeza por la no aceptación de lo que se dio, por esto considero que las convicciones llegan a tener sus límites en la vida práctica del ser humano.

La religión cristiana enseña que la fe es una convicción que orienta y da sentido a la vida. Considero que los contenido de la doctrina de la fe Católica son tantos que algunos se lograrán tener por convicciones y otros no.

En resumen, una convicción, es una forma específica de decisión que se toma a partir de lo que se considera como valor, genera en la persona la satisfacción y la confianza de continuar actuando conforme a lo que cree, porque partir de su experiencia es lo que más me ha convenido o favorecido. En otras palabras, llego a convencerme que es la mejor forma para poder desenvolver mi vida.



[1] Cfr. Recuperado en junio de 2014 de: http://www.wordreference.com/definicion/convicción
[2] Cfr. Husserl, H. Meditaciones Cartesianas; Madrid: Tecnos, 1997. Pág. 89
[3] Cfr. Gallo, A. Introducción a los valores. Conferencia; Consideraciones sobre los valores, Págs. 4 y 6

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