miércoles, 4 de junio de 2014

DESCRIPCIÓN FENOMENOLÓGICA DEL TACTO DE SÍ  MISMO.

Carlos Roberto Vásquez Rivas

En esta descripción fenomenológica que he decidido a realizar, lo que se refiere al tacto de mí mismo, ya que uno casi no se detiene en saber que es tocarse a uno mismo, ni mantener contacto con alguna parte de nuestro cuerpo, donde se pasa desapercibido del cuerpo, por ponerle atención a las cosas que están separadas de él; además solo nos dedicamos a tocar cosas y objetos que no le pertenecen al cuerpo.
Me he enfocado en los brazos, donde tuve contacto, con estos miembros que siempre están  dispuestos a colaborar en los movimientos a la hora de tocar o cargar un objeto pesado o suave, que  solo se  siente lo que es el peso del objeto. En  esta ocasión pude comprobar, lo complicado que es el tocarse y sentir las partes de mi propio cuerpo, en este caso  los brazos.

 Lo  primero que hice fue sentarme en una silla, quitarme la camisa, cerrar los ojos y poner mi mano derecha en mi brazo izquierdo, donde pude experimentar cierta suavidad en esta parte de mi cuerpo, eso fue al principio; luego sentí esa parte un poco fría, debido al contacto con cierto frío que hacía en el lugar donde estaba, pero pude luego sentir una sensación de calor o un poco caliente,  debido a tener mi mano puesta por un largo tiempo en el brazo. Esa sensación provocó  placer al tocarme esa parte de mi cuerpo. Luego esa sensación era en el brazo y la mano, porque al tocarme con la mano el brazo, el brazo también tenía contacto con mi mano.

También pasé al otro brazo y me lo toqué, poniendo la mano izquierda sobre este; ahí  experimenté el mismo frío al inicio, pero la suavidad que sentí en el brazo izquierdo era menos, más  bien  sentí un poco más de dureza  debido a que a la hora de realizar alguna actividad es el que más utilizo,  incluso pude experimentar una cierta tensión o nudito en esa parte que cuando le hice un poco de presión con la mano y los dedos, me dolió; el dolor lo experimente en el brazo, la dureza fue más con la mano y los dedos, que desde el brazo se transmitía a mi mano y a mis dedos, pero al mismo tiempo en el brazo mismo. Luego al tener la mano puesta por un rato pude  experimentar cierta sensación de calor o algo así como caliente, pero también una cierta intranquilidad debido al dolor, pero la sensación de calor o caliente me hacía sentir el deseo de seguir teniendo la mano puesta en el brazo y el deseo de respirar más rápido, lo cual me hizo experimentar una sensación agradable en el brazo.


Lo que más destaco de esta experiencia es ese contacto que pude experimentar que no solo es de la mano hacia el brazo, sino que el brazo también entra en contacto con la mano y los dedos, además de la importancia  de sentir lo que produce el tocarse a uno mismo. 

1 comentario:

  1. Juan Tiul comenta: Desde mi punto de vista la descripción que tú hiciste sobre el tacto de sí es muy acertado. Trataste de sentir la sensación que tú mismo cuerpo quiso provocar, es decir, tu brazo como el protagonista de dicho experimento. Solo una pequeña observación que pude notar casi al final de tu escrito, mencionaste algo del dolor. Más bien sería como una duda, porque si te fijaste desde el inicio empezaste a describir lo que te había provocado el tocarse de uno mismo. ¿El dolor, formaría parte de esta descripción o mejor dicho para este ejercicio? Porque si te das cuenta terminaste hablando sobre el dolor y no de lo que más te provocó dicho experimento.

    ResponderBorrar