DESCRIPCIÓN FENOMENOLÓGICA DEL
TACTO DE SÍ MISMO.
Carlos Roberto Vásquez Rivas
En esta descripción fenomenológica
que he decidido a realizar, lo que se refiere al tacto de mí mismo, ya que uno
casi no se detiene en saber que es tocarse a uno mismo, ni mantener contacto
con alguna parte de nuestro cuerpo, donde se pasa desapercibido del cuerpo, por
ponerle atención a las cosas que están separadas de él; además solo nos
dedicamos a tocar cosas y objetos que no le pertenecen al cuerpo.
Me he enfocado en los brazos,
donde tuve contacto, con estos miembros que siempre están dispuestos a colaborar en los movimientos a la
hora de tocar o cargar un objeto pesado o suave, que solo se siente lo que es el peso del objeto. En esta ocasión pude comprobar, lo complicado que
es el tocarse y sentir las partes de mi propio cuerpo, en este caso los brazos.
Lo primero que hice fue sentarme en una silla, quitarme
la camisa, cerrar los ojos y poner mi mano derecha en mi brazo izquierdo, donde
pude experimentar cierta suavidad en esta parte de mi cuerpo, eso fue al
principio; luego sentí esa parte un poco fría, debido al contacto con cierto frío
que hacía en el lugar donde estaba, pero pude luego sentir una sensación de calor
o un poco caliente, debido a tener mi
mano puesta por un largo tiempo en el brazo. Esa sensación provocó placer al tocarme esa parte de mi cuerpo. Luego
esa sensación era en el brazo y la mano, porque al tocarme con la mano el brazo,
el brazo también tenía contacto con mi mano.
También pasé al otro brazo y me
lo toqué, poniendo la mano izquierda sobre este; ahí experimenté el mismo frío al inicio, pero la
suavidad que sentí en el brazo izquierdo era menos, más bien sentí
un poco más de dureza debido a que a la
hora de realizar alguna actividad es el que más utilizo, incluso pude experimentar una cierta tensión o
nudito en esa parte que cuando le hice un poco de presión con la mano y los
dedos, me dolió; el dolor lo experimente en el brazo, la dureza fue más con la
mano y los dedos, que desde el brazo se transmitía a mi mano y a mis dedos, pero
al mismo tiempo en el brazo mismo. Luego al tener la mano puesta por un rato
pude experimentar cierta sensación de
calor o algo así como caliente, pero también una cierta intranquilidad debido
al dolor, pero la sensación de calor o caliente me hacía sentir el deseo de
seguir teniendo la mano puesta en el brazo y el deseo de respirar más rápido, lo
cual me hizo experimentar una sensación agradable en el brazo.
Lo que más destaco de esta
experiencia es ese contacto que pude experimentar que no solo es de la mano
hacia el brazo, sino que el brazo también entra en contacto con la mano y los
dedos, además de la importancia de sentir
lo que produce el tocarse a uno mismo.
Juan Tiul comenta: Desde mi punto de vista la descripción que tú hiciste sobre el tacto de sí es muy acertado. Trataste de sentir la sensación que tú mismo cuerpo quiso provocar, es decir, tu brazo como el protagonista de dicho experimento. Solo una pequeña observación que pude notar casi al final de tu escrito, mencionaste algo del dolor. Más bien sería como una duda, porque si te fijaste desde el inicio empezaste a describir lo que te había provocado el tocarse de uno mismo. ¿El dolor, formaría parte de esta descripción o mejor dicho para este ejercicio? Porque si te das cuenta terminaste hablando sobre el dolor y no de lo que más te provocó dicho experimento.
ResponderBorrar