Recensión del primer capítulo del libro “introducción
a los valores” del padre Antonio Gallo
Wilfredo
Chicas Medina
El
capítulo tiene 14 pequeños subtítulos en los cuales gira una reflexión
introductoria sobre los valores. Nos habla el autor (Obra publicada por la
Universidad Rafael Landívar de Guatemala, en el año 2006) en este capítulo
sobre el ser del valor como título principal. El protagonista principal, según el autor es
mi propia persona, y es de donde se deriva cualquier reflexión sobre los
valores: El yo. También agrega que por la fenomenología es posible hacer un
análisis del Yo a través de una descripción y una reflexión por medio de la
epojé que observa la actividad del yo en sus expresiones concretas. Alrededor del yo hay cuatro elementos a
priori que subsisten. Inteligencia, voluntad, sentimiento, y libertad. No se
puede eliminar ningún elemento ni reducirse ninguno de ellos a las demás. Pero
el yo sigue mandando.
Sigue
mencionando el autor que la vida es lo primordial y posee una unidad en sí
misma. A pesar de su devenir constante, nunca interrumpe el proceso y la
continuidad de su ser. La vida es nuestra primera y última experiencia. Nunca
cesa de estar frente a cada uno de nosotros.
Los filósofos se han dedicado a pensar en la vida como aquello que
es y muy poco se ha prestado atención a
la vida como aquello que vale. Yo vivo
dentro del valor de la vida. Llegamos así a considerar el valor, humano, como
el máximo valor en la vida. La fenomenología
nos obliga dice, a considerar este horizonte primigenio como punto de partida
de una discusión fundada acerca de los valores.
El valor es tan objetivo como el ser, pero es otra clase de objetividad;
está más allá del sujeto y del objeto.
Según el
autor hay dos características de los Valores.
Primero, que el hombre no puede vivir de sí mismo. Segundo, que los
valores son principio de acción. El autor al considerar si los valores tienen
esencias dice que, como entidades adheridas a las cosas, se perciben como vivencias. Los valores no son esencias; sin embargo,
puede hablarse de esencias de los valores. Si por esencias se entiende una
entidad mental, por supuesto puede
hablarse de esencias axiológicas. Ningún valor es subjetivo, puedo comprobar
que otras personas perciben los mismos valores. Lo que es subjetivo, es el conjunto de conceptos en los que intentamos
encapsularlos. A pesar de ello, son comunicables. La esencia no es un valor
sino simplemente el conocimiento de un valor. El lenguaje encuentra dificultades
para hablar de los valores, porque las palabras significan conceptos, el valor
responde a un sentimiento.
Cuando el
autor intenta definir los valores dice que son una energía, una fuerza que
acompaña los acontecimientos de la vida. El valor es esa calidad particular e
inconfundible que produce en nosotros la apreciación. Las cosas y personas
valen a pesar nuestro. La dificultad al hablar de valores no consiste en
percibirlos, sino en analizarlos y hablar de ellos. En la reducción fenomenológica,
se buscan las esencias significativas del ser. El valor se puede percibir, pero
también se puede realizar. No sólo vivimos de valores, también creamos valores.
Menciona
el autor que la calidad del valor que se nos da en la intuición no es homogénea
ni constante. No poseemos nunca la
totalidad del valor. Hay gradaciones de los valores. La vida misma posee esta
apertura hacia el infinito. Como se da una gama de valores positivos, hay variedad
de negativos. Se abre así el gran mundo
de las cualidades del valor, tan grande como es la complejidad de la vida. Los
valores impulsan al hombre hacia su plena realización: efectuar valores es
hacerse valor.
El valor
es una calidad inherente. Podemos abrirnos al valor o cerrarnos. Hay una doble
vertiente de mi conciencia. La del conocimiento y la de la acción. El
sentimiento es un principio de acción.
Los sentimientos son como resortes disparados que obligan al individuo a
reaccionar. Un valor es siempre individual pero sus relaciones son
interpersonales. Hay quienes dicen que los valores son subjetivos. La palabra
subjetivo es ambigua. Distinguimos dos sentidos: a: entendido como propiedad exclusiva de un sujeto: b: en el sentido de que cada sujeto
percibe los valores y sobre éstos funda su vida y con ellos puede actuar en el
mundo. Todos somos sujetos y todos actuamos según nuestros diferentes
conocimientos. Nosotros nos comunicamos. Esta comunicación no es conceptual
sino intuitiva. A este nivel, Husserl habla de empatía o de interpretación
vivencial que es previa a toda consideración mental. Todos los valores son
pensables y conceptualizables. Los juicios de valor se expresan y se comunican
como discurso. En este sentido son
objetivos.
El autor
parece ser un erudito en el tema, parece escribir desde una reflexión personal.
A pesar de ello me parece que casi solo toma en cuenta su apreciación de los
valores, no toma como base a otros autores. También me parece que el autor con
su escrito, se está dirigiendo a un grupo de lectores que se supone manejan
cierta terminología fenomenológica o filosófica. Lo cierto es que cuando un
contenido es publicado, a ello puede
tener acceso una gran cantidad de personas que, si no están familiarizados se
les complicará entender ciertos términos. En este sentido no explica en que
consiste el método fenomenológico a cabalidad, que el autor menciona; aunque
para la reflexión de los valores no sé si viene al caso. Tampoco el autor
explica cómo se enseñan los valores, se limita a hacer una descripción (muy
buena por cierto) de estos desde varios ámbitos. De igual forma en su intento de describir los
valores, me parece que repite algunos términos, ya sean de igual forma o con sinónimos. En el escrito tampoco se ve clara la
diferencia entre necesidad y valor. Parecen al mismo nivel. No se logra
visualizar claramente.
También
me surgen unas preguntas. ¿Será que por medio de los valores se puede implantar
una hegemonía? ¿Qué tanto influye la cultura, la educación, la familia en la
formación de valores versus el método que propone el padre Gallo? ¿Será que mi
familia impone los valores en vez de yo encontrarlos?
Pero en general
es una lectura sugerente.
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