lunes, 2 de junio de 2014

Recensión del primer capítulo del libro “introducción a los valores” del padre Antonio Gallo

Wilfredo Chicas Medina

El capítulo tiene 14 pequeños subtítulos en los cuales gira una reflexión introductoria sobre los valores. Nos habla el autor (Obra publicada por la Universidad Rafael Landívar de Guatemala, en el año 2006) en este capítulo sobre el ser del valor como título principal.  El protagonista principal, según el autor es mi propia persona, y es de donde se deriva cualquier reflexión sobre los valores: El yo. También agrega que por la fenomenología es posible hacer un análisis del Yo a través de una descripción y una reflexión por medio de la epojé que observa la actividad del yo en sus expresiones concretas.  Alrededor del yo hay cuatro elementos a priori que subsisten. Inteligencia, voluntad, sentimiento, y libertad. No se puede eliminar ningún elemento ni reducirse ninguno de ellos a las demás. Pero el yo sigue mandando.

Sigue mencionando el autor que la vida es lo primordial y posee una unidad en sí misma. A pesar de su devenir constante, nunca interrumpe el proceso y la continuidad de su ser. La vida es nuestra primera y última experiencia. Nunca cesa de estar frente a cada uno de nosotros.  Los filósofos se han dedicado a pensar en la vida como aquello que es  y muy poco se ha prestado atención a la vida como aquello que vale.  Yo vivo dentro del valor de la vida. Llegamos así a considerar el valor, humano, como el máximo valor en la vida.  La fenomenología nos obliga dice, a considerar este horizonte primigenio como punto de partida de una discusión fundada acerca de los valores.  El valor es tan objetivo como el ser, pero es otra clase de objetividad; está más allá del sujeto y del objeto.

Según el autor hay dos características de los Valores.  Primero, que el hombre no puede vivir de sí mismo. Segundo, que los valores son principio de acción. El autor al considerar si los valores tienen esencias dice que, como entidades adheridas a las cosas, se perciben como vivencias.  Los valores no son esencias; sin embargo, puede hablarse de esencias de los valores. Si por esencias se entiende una entidad mental,  por supuesto puede hablarse de esencias axiológicas. Ningún valor es subjetivo, puedo comprobar que otras personas perciben los mismos valores. Lo que es subjetivo,  es el conjunto de conceptos en los que intentamos encapsularlos. A pesar de ello, son comunicables. La esencia no es un valor sino simplemente el conocimiento de un valor. El lenguaje encuentra dificultades para hablar de los valores, porque las palabras significan conceptos, el valor responde a un sentimiento.

Cuando el autor intenta definir los valores dice que son una energía, una fuerza que acompaña los acontecimientos de la vida. El valor es esa calidad particular e inconfundible que produce en nosotros la apreciación. Las cosas y personas valen a pesar nuestro. La dificultad al hablar de valores no consiste en percibirlos, sino en analizarlos y hablar de ellos. En la reducción fenomenológica, se buscan las esencias significativas del ser. El valor se puede percibir, pero también se puede realizar. No sólo vivimos de valores, también creamos valores.

Menciona el autor que la calidad del valor que se nos da en la intuición no es homogénea ni constante.  No poseemos nunca la totalidad del valor. Hay gradaciones de los valores. La vida misma posee esta apertura hacia el infinito. Como se da una gama de valores positivos, hay variedad de negativos.  Se abre así el gran mundo de las cualidades del valor, tan grande como es la complejidad de la vida. Los valores impulsan al hombre hacia su plena realización: efectuar valores es hacerse valor.

El valor es una calidad inherente. Podemos abrirnos al valor o cerrarnos. Hay una doble vertiente de mi conciencia. La del conocimiento y la de la acción. El sentimiento es un principio de acción.  Los sentimientos son como resortes disparados que obligan al individuo a reaccionar. Un valor es siempre individual pero sus relaciones son interpersonales. Hay quienes dicen que los valores son subjetivos. La palabra subjetivo es ambigua. Distinguimos dos sentidos: a: entendido como propiedad exclusiva de un sujeto: b: en el sentido de que cada sujeto percibe los valores y sobre éstos funda su vida y con ellos puede actuar en el mundo. Todos somos sujetos y todos actuamos según nuestros diferentes conocimientos. Nosotros nos comunicamos. Esta comunicación no es conceptual sino intuitiva. A este nivel, Husserl habla de empatía o de interpretación vivencial que es previa a toda consideración mental. Todos los valores son pensables y conceptualizables. Los juicios de valor se expresan y se comunican como discurso.  En este sentido son objetivos. 

El autor parece ser un erudito en el tema, parece escribir desde una reflexión personal. A pesar de ello me parece que casi solo toma en cuenta su apreciación de los valores, no toma como base a otros autores. También me parece que el autor con su escrito, se está dirigiendo a un grupo de lectores que se supone manejan cierta terminología fenomenológica o filosófica. Lo cierto es que cuando un contenido es publicado,  a ello puede tener acceso una gran cantidad de personas que, si no están familiarizados se les complicará entender ciertos términos. En este sentido no explica en que consiste el método fenomenológico a cabalidad, que el autor menciona; aunque para la reflexión de los valores no sé si viene al caso. Tampoco el autor explica cómo se enseñan los valores, se limita a hacer una descripción (muy buena por cierto) de estos desde varios ámbitos.  De igual forma en su intento de describir los valores, me parece que repite algunos términos, ya sean de  igual forma o con sinónimos.  En el escrito tampoco se ve clara la diferencia entre necesidad y valor. Parecen al mismo nivel. No se logra visualizar claramente.

También me surgen unas preguntas. ¿Será que por medio de los valores se puede implantar una hegemonía? ¿Qué tanto influye la cultura, la educación, la familia en la formación de valores versus el método que propone el padre Gallo? ¿Será que mi familia impone los valores en vez de yo encontrarlos?


Pero en general es una lectura sugerente.

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