martes, 10 de junio de 2014

LA ESPACIALIDAD

Juan Tiul

En síntesis, el tema que desarrolla Sabrina Castillo es prácticamente sobre el “espacio y movimiento”. Según ella “el espacio como el medio por el cual reconozco al objeto y tengo conciencia de él como conciencia de un objeto. Y es también “el espacio espacializado el que habla de la relaciones concretas del cuerpo y su unión con las cosas”.  Otra idea importante podría ser,  que “en el origen del espacio está el dominio del sujeto  sobre su mundo, su posibilidad y su capacidad de habitarlo”. Por lo tanto, la reflexión  que hace Sabrina Castillo,  va entorno de cómo el sujeto capta el espacio a través del movimiento.

Uno de los personajes que más sobresale en el escrito de Sabrina,  es el señor Merleau-Ponty, filósofo y fenomenólogo influenciado por el eminentísimo fenomenólogo Edmund Husserl, el cual, ha desarrollado el tema sobre la espacialidad, tema que ha sido tomado como referencia de varios escritos filosóficos o fenomenológicos por escritores amantes a estos. Sabrina Castillo no es la excepción, ella, en base a este tema tiende a hacer una reflexión muy importante sobre la espacialidad y lo aborda desde otra perspectiva. Leyendo  detenidamente el texto, me encontré con una afirmación  de Ponty que decía: “el espacio tiene vida gracias al sujeto que lo vive, lo describe y mantiene “. Más tarde, Sabrina Castillo vuelve a retomar esta misma afirmación, ella se queda con esta  y de esa misma  le nace la idea hablar sobre la espacialidad.


Retomando nuevamente el tema que se mencionó al principio esto es “el espacio y movimiento” entorno a este  surgen estas preguntas ¿Qué es la espacialidad? ¿Quién la crea? ¿Cómo se relaciona con el movimiento? ¿Cómo puede tener experiencia del espacio? ¿Por qué Sabrina habla de un espacio que tiene vida? Estas son algunas de las preguntas que me han surgido en torno a esta reflexión dada por Castillo. Todo ente habita en un mundo y cada ente tiene su propio mundo y no puede salir de él, es decir de su mismo mundo. Empero, sabemos que cada objeto es un mundo para poner un ejemplo: una piedra. Para qué sirve una piedra, cuáles son sus cualidades. Pues, obviamente uno empieza a describir las cualidades, etc. Por otro lado, podemos reflexionar que todos percibimos algo, no existe fuera de este mundo una cosa que no tenga sentido o que no ocupe un espacio, etc. En conclusión, “no podemos comprender el espacio retirándonos hacia una percepción sin mundo” nosotros somos quienes lo creamos, lo vivimos, lo percibimos y se nos dan situadas, en relación a nosotros y a los entes a nuestro alrededor. A través pues, de nuestro sentido visual, la conciencia y la vivencia que tenemos de las cosas llegamos a conocer que el espacio y el movimiento somos nosotros (polo yo-polo objeto). Desde mi percepción particular, considero que la autora su experiencia y conocimiento ha aterrizado bien en el desarrollo del tema  de la espacialidad. Una pequeña crítica valorativa podría ser, que la autora solo cita a un autor, cita y vuelve a citar, no hace relación con otro filósofo. 

sábado, 7 de junio de 2014

La importancia de la Theologia Indorum.

                                                                           Carlos Roberto Vásquez Rivas.

Al hablar de este tema, me siento asombrado, parece como algo que jamás se hubiese podido realizar. Los pueblos indígenas, al tener una teología propia, en este caso el Quiche, y que al considerar que ha variado en la historia por la influencia cristiana, va poder al fin iniciar un proceso para gozar de algo propio, en este caso una teología que rescate su cosmovisión y que enriquezca su práctica actual cristiana. Esto trae grandes beneficios para estos pueblos, que por mucho tiempo jamás se les había considerado como capaces de tener su propia teología. Pero hay que ver, si ya se les hizo mención a cerca de esta investigación teológica.

El esfuerzo que han hecho estas personas que han puesto todo su empeño en realizarla, es de valorarlo, ya que es un tiempo, que para muchos, en estos tiempos, no les resulta provechoso, pero ellos lo hicieron y hoy están los resultados, que va a traer para esta cultura en cierta manera una discusión o controversia, ya que la religión católica ya les ha planteado un esquema, y sabemos que a veces los esquemas y es más las creencias son difíciles de dejar.

Considero que esta teología a pesar de que va a traer controversias, porque esto es lo más seguro, va a traer grandes beneficios, ya que cuando sea expandida por el pueblo Quiche, va a ser, que se considere que desde antes hubo experiencia, acerca de ver a Dios de una manera propia, y lo más fundamental será como esta teología se puede integrar a lo que la iglesia a enseñado por mucho tiempo.

Otra de las cuestionaste, es como se les va a enseñar esta teología, ya que, ellos tienen sus propias formas de ver a Dios ya arraigadas, en donde la misma Iglesia implantó en ellos una visión difícil de cambiar. Por esta razón, tiene que haber una formación tanto para el clero como las personas de esta cultura.


Los beneficios de difundir esta teología va ser como un rescate de lo propio, de la enseñanza de los abuelos, que en cierta manera se ha perdido. Además, es necesario que se busque una integración de lo católico con el pensamiento maya, es decir que haya un diálogo para evitar entrar en desigualdad como se ha visto a lo largo de la historia, donde se ha creído que hay un pensamiento superior o verdadero que menosprecia el razonamiento auténtico del pueblo.

viernes, 6 de junio de 2014

LA EXPERIENCIA CORPORAL DESDE LA FENOMENOLOGÍA



Hablar sobre una fenomenología de la danza implica esencialmente profundizar en el cuerpo humano. Este punto es esencial en el apéndice “Hacia una fenomenología de la danza” que nos plantea Sabrina Castillo, en su tesis doctoral que se titula “la fenomenología y la experiencia corporal según Husserl, Heidegger y Merleau-Ponty - un acercamiento histórico”. En el presente trabajo se han seleccionado una serie de planteamientos, cuestionamientos y críticas que surgen después de haber profundizado en dicho trabajo.

Dicha obra está divida en tres partes:
§  El cuerpo como expresión
§  El discurso del cuerpo y de la danza como una contribución a la fenomenología
§  Composición y sentido

En la parte: ≪el cuerpo como expresión≫, la autora comienza a dar ciertas observaciones acerca del lenguaje. Ella nos dice que “las palabras vistas desde el cuerpo pueden ser verbales o de movimiento que son conocidas como ≪lenguaje corporal≫”[1]. Este pensamiento nos remite al planteamiento de Husserl del “uso del acto de significar que es un acto de habla descrito fenomenológicamente”[2]. Pero lo rescatable de este punto es que el cuerpo humano puede expresar un lenguaje propio. Continúa diciendo Castillo que “los gestos nos ayudan a comprender una manera de ser que nos enlaza con una cultura”[3]. Por ejemplo los gestos de caridad no son iguales en todas las culturas. Entonces, ¿se puede decir, que un gesto nos remite a la manera de ver y comportarse una cultura x en el mundo? 

Cuando nos dice de que “el gesto hace realidad una determinada estructuración de la experiencia o una determinada modulación de la existencia”[4], vemos que no queda clara la implementación del concepto ≪existencia≫ en dicha afirmación. 

Ahora pasamos a profundizar en el segundo apartado que tiene como título “el discurso del cuerpo y de la danza como una contribución a la fenomenología”[5].  Castillo comienza diciendo que “los gestos ayudan a comprender el sentido de cada cultura”. Nos remite a un concepto acuñado por Husserl en las “Meditaciones Cartesianas”, ≪el sentido≫. Recordando que con este término él hacía referencia “a lo a priori, la posibilidad esencial del sentido expresado lingüísticamente o de la construcción conceptual”[6]. Entonces se puede decir que la utilización de este concepto en la tesis de Castillo, puede remitirnos a la significación o conceptos generales de una cultura X desde los gestos del cuerpo. 

Castillo nos dice que “el cuerpo es el que recoge el sentido en el mundo porque posee una comprensión de éste en la que se apropia de significaciones que rebasan y transfiguran sus poderes naturales”[7]. De esa manera se tiene una noción de la subjetividad que reside en el cuerpo humano, transportándonos al ≪yo trascendental≫. Reconociendo que este yo recoge todas las experiencias y que hace síntesis de la vida. 

La implementación de metáforas en el texto ayuda a clarificar de cómo se utiliza la  ≪variación eidética≫ en el mismo.  Por ejemplo, cuando se nos dice que “los colores de un pintor tienen una historia, sin embargo, los colores y las formas del coreógrafo son personas y por lo tanto Cuerpos con toda la carga subjetiva que esto implica”[8]

En la última parte del texto se hace referencia a la “Composición y sentido”. Castillo nos dice que “nuestro cuerpo guarda una relación clara y estricta con el espacio que habitamos”[9]. Este aspecto nos remite a lo que entendemos por ≪mundo primordial≫ desde la fenomenología de Husserl.  En donde, el yo es él mismo. 

Cuando ella menciona que “la improvisación se comprende como un proceso donde se ha llevado a cabo una preparación previa y donde se pone en paréntesis los juicios sobre el movimiento”, nos da pautas para poder decir que si el sentido cambia, la estructura también cambia.

Finalmente, podemos decir que profundizar en el texto de Castillo ayuda a la clarificación del método fenomenológico. Especialmente se ponen en manifiesto una serie de términos o conceptos acuñados por Husserl. Más aún, lo gratificante de la obra es la descripción que se hace sobre el cuerpo humano y su movimiento. Anteriormente se ahondaron en una serie de tesis que presenta el texto, pero cabe mencionar que con ello no se han agotado los aportes de dicho trabajo en la profundización de la fenomenología del cuerpo humano.  


[1] Sabrina Castillo. LA FENOMENOLOGÍA Y LA EXPERIENCIA CORPORAL SEGÚN HUSSERL, HEIDEGGER Y MERLEAU-PONTY. UN ACERCAMIENTO HISTÓRICO.
http://biblio2.url.edu.gt/Tesis/05/02/Castillo-Gallusser-Sabrina/Castillo-Gallusser-Sabrina.pdf
[2] Harry P. Reader. La Praxis fenomenológica de Husserl. Editorial San Pablo (2011). Colombia
[3] Sabrina Castillo. LA FENOMENOLOGÍA Y LA EXPERIENCIA CORPORAL SEGÚN HUSSERL, HEIDEGGER Y MERLEAU-PONTY. UN ACERCAMIENTO HISTÓRICO.
http://biblio2.url.edu.gt/Tesis/05/02/Castillo-Gallusser-Sabrina/Castillo-Gallusser-Sabrina.pdf
[4] Ibid
[5] Ibid
[6] Harry P. Reader. La Praxis fenomenológica de Husserl. Editorial San Pablo (2011). Colombia (Pág. 132)
[7] Sabrina Castillo. LA FENOMENOLOGÍA Y LA EXPERIENCIA CORPORAL SEGÚN HUSSERL, HEIDEGGER Y MERLEAU-PONTY. UN ACERCAMIENTO HISTÓRICO.
http://biblio2.url.edu.gt/Tesis/05/02/Castillo-Gallusser-Sabrina/Castillo-Gallusser-Sabrina.pdf
[8] Ibid
[9] Ibid

jueves, 5 de junio de 2014

Celebración de un cumpleaños




Reducción fenomenológica

Celebración de un cumpleaños                                               Migue Ángel Rodríguez Guerra.

Recientemente, el uno de junio, cumplí 26 años de haber nacido. Según mi experiencia de años anteriores, me esperaba muchas felicitaciones de mis amigos y personas conocidas. No me esperaba una invitación a una casa. De la que tratare de describir fenomenológicamente el momento vivido.

¡Sorpresa! escucho al entrar a la casa. Mi reacción es reírme teniendo presente que es el día de mi cumpleaños. Seguidamente observo muchos rostros conocidos que me dicen: ¡felicidades Miguel! Otras personas empiezan a salir de los cuartos de la casa. Me encuentro rodeado de muchas personas y percibo que soy centro de ese momento. Sus miradas me hacen sentir que precisamente soy  el centro del momento que se está dando. Los aplausos, los cantos y las risas me hacen reír y darme cuenta que muchas de la personas se alegran conmigo. 

Observo que la familia se ha preparado con tiempo, para hacer la comida y servirla. Además escuchar las canciones que se están cantando me hacen cantar también. En ese momento siento que tengo que dejarme guiar por lo que está aconteciendo. Me piden que exprese algunas palabras; después que me siente y que coma junto con las demás personas. Todo esto me hace reconocer que lo que han preparado es para mí y que estoy haciendo lo que la gente me está diciendo.

Rodeado de niños, niñas, mujeres jóvenes, señores y en un ambiente de gritos, risas y alegría. Percibo que algunos están encargados llevar a cabo el momento. Otros, igual que yo, han sido invitados a estar en ese lugar donde se está realizando una fiesta. Reconozco que es una fiesta porque hay elementos como la música, las risas, la comida que le dan un ambiente de fiesta. Algunos cantan otros aplauden, otras personas conversan mientras comen. 

Entre las personas que están ahí conmigo algunos me miran y se ríen conmigo. En el momento los miro agradeciendo en mi interior su presencia. Sus gestos me transmiten alegría y el sentimiento que soy apreciado y querido por muchas personas. No todas las personas son conocidas por mí, pero el momento es especial para convivir como si nos conociéramos.

De pronto ante mis ojos se encuentra un pastel con el mi nombre y la palabra felicidades. Mi reacción es reírme. Son varias velitas encendidas que me hacen mirarlas atentas. En ese momento escucho el canto y  soy consciente de la gente que me rodea. La gente empieza a contar y al decir 26, yo apago las velas encendidas, reconociendo que es lo que debo hacer según mi experiencia.

Normalmente cuando alguien cumple años, sabemos que todo el día es su cumpleaños. Yo, reconociendo que ese día cumplía años quería experimentar los momentos donde se me felicitaba. Mentalmente sabía que ese día cumplía años, pero reconozco que son las personas que lo felicitan a uno, las que lo hace sentir que uno está cumpliendo años. Mediante la alegría que se transmite cuando se expresa la felicitación en la celebración del cumpleaños.


miércoles, 4 de junio de 2014

Reducción fenomenológica de una conversación en un ambiente de ruido



Siempre me he preguntado cual es el verdadero sentido de las fiestas que se desarrollan en lugares públicos donde el ruido es excesivo y donde la persona se limita utilizar más, el sentido de la vista, pues el ruido exagerado además de ser perjudicial, hace difícil la comunicación fluida y amena entre varias personas. El siguiente ejercicio lo desarrolle en una Kermesse, donde se encontraban muchas personas, y las frecuencias de sonidos eran elevadas.

Así pues decidí, ir a tratar de entablar una plática con una persona que conocía, y en la que seguramente tenía mucho material para conversar, y poder analizar la sensación de hablar con alguien, con la dificultad de tener de fondo no una melodía, sino una “música” desorbitante casi como para extraterrestres, o sea anormal, no sé qué clasificación darle más que el de desagradable, a mí gusto.  Aun así, salude y empezamos a conversar.

El lugar era abierto, pero los artefactos estaban cerca de nosotros. Con el transcurrir de la conversación, me sentí un poco alterado, y con ganas de retirarme con la persona a platicar en otro lugar, pues las vibraciones del sonido eran considerablemente altas, pero no impedían escuchar con dificultad a la otra persona. La interacción de la conversación se desarrollaba en dos fases, la primera donde la conversación venía de la otra persona hacía mí, y la otra fase de mí persona hacía la otra persona.  En el primer momento, tenía que tener cierto grado de concentración en sus labios a la hora de que la otra persona hablara, pues el movimiento de los labios ayudaba a mi cerebro a conectar palabras que posiblemente no escuchaba, pero que el movimiento labial me las evocaba. Mi cuerpo estaba algo tenso, y sentía como la atención estaba enfocada en una sola cosa, en tratar de captar el sonido que emitía la persona, para poder entenderla, teniendo de fondo el “bullicio”.  Por otra parte, cuando yo hablaba a la otra persona, lo tenía que hacer mirando hacia el horizonte, de tal forma que mi boca estuviera más cerca del oído de la persona que me atendía.  Algo que me llamó la atención fue que no podía hablar con fluidez, sino que todo lo contrario, me di cuenta de que cada palabra que decía, primero la tenía en mi cerebro y luego la emitía, o sea no tenía improvisación de palabras. Y eso costaba mucho, porque siendo consciente de que estaba emitiendo  palabras, tenía que pensar lo que posteriormente iba a decir, enlazando la conversación, y eso era desgastante, ir pensando palabra por palabra. Además estar viendo el ambiente que me rodeaba, me distraía de alguna forma lo que estaba pensando por lo que en más de una ocasión hice pautas de silencio, para recordar y conectar las frases. Otro dato curioso es que la otra persona si lo realizaba con fluidez, y parecía que el ruido no era inconveniente, y no hacía más intento que el de levantar un poco la voz.

Con este ejercicio puedo preguntarme si la interferencia de un ruido determinado, ¿Dejaría sin validez el desarrollo de una comunicación de dos o más personas, a lo que no podríamos llamar una conversación? O que tan importante e indispensable es el ambiente donde nos encontremos para desarrollar una plática “normal” entre persona. O ¿si la otra persona es sorda y muda, aun si podría entablar una conversación?

Con estas preguntas, solo puedo respondes a partir de mi vivencia que una conversación debe ser fluida y relajada, sin tanto ruido que perturbe la libre comunicación y pensamiento. Lo que no importa, es que tipo de persona sea, o que sexo, religión, o condición social tenga, con que simplemente hable el mismo idioma que la otra persona habla, basta para platicar amenamente.