Mi segunda
experiencia se basa en el entorno comunitario.
Era un
sábado, un día antes de que saliéramos de vacaciones de 10 días. Todos
estábamos felices porque llegó el día en que normalmente nos dan dinero para
nuestras vacaciones. Llegó el día domingo y para mi sorpresa a mí nunca se me
llegó el sobre con el dinero, y no quise reclamar al asistente de mi formador,
e inmediatamente llamé a mi casa para que me mandaran el dinero tanto para mi
pasaje y para otros gastos.
Pasaron las
vacaciones y nuevamente de regreso a mi
comunidad. Pasaron los días, meses y nunca le pregunté al asistente en porqué
no me había dado dinero para mis vacaciones conformándome en pensar que para la
próxima no iba a pasar nuevamente.
Y después de
unos meses llegaron nuevamente las vacaciones y pasó lo mismo, era el único que
no me llegó el sobre con el dinero. Y desde
ese entonces se me vino un gran sentimiento de rechazo y de injusticia
al ver a mis compañeros felices para sus
casas menos yo. Tomé la iniciativa de ir hablar con el asistente de mi formador que es el encargado
de repartir los sobres y me dijo que no me tomó en cuenta y repartió mi dinero
a mis demás compañeros, y le pregunté el
por qué y no me dijo nada al respecto.
Me sentí muy
desanimado e injustamente tratado. Me surgieron varias preguntas una de ellas
es: ¿por qué el asistente no nos trata igual a todos? ¿Por qué a unos les da
dinero y a mi no? Nunca encontré respuestas a mis interrogantes y ni siquiera
se disculpó conmigo.
Días después
mi formador se enteró de todo lo que había pasado y despidió al asistente por actuar
injustamente conmigo.
No se trata de una experiencia planeada. No pudo haber sido así puesto que hablás de sorprenderte en varios momentos. El ejercicio es algo deliberado para hallar la respuesta a una pregunta concreta.
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