2° Descripción Fenomenológica: Fundamento fenomenológico del deber ser.
Domingo 1 de mayo
3:30 pm. Me
encontraba en la cocina, necesitaba llevar un pichel con agua pura a mi
habitación. Después de llenar con agua el recipiente regresé. Al ir caminando
estaba consciente de una tarea pendiente de filosofía Contemporánea. Además,
razonaba que hoy era la fecha límite para entregarla. Sabía que tenía que
volver a leer el texto. Estaba pensativo, el documento es denso y sin duda, me
iba a llevar bastante tiempo elaborar una comprobación de lectura. Y según las
directrices de la tarea, necesitaba resumirla en: Tesis, hipótesis, pregunta, estructura
de la argumentación y conclusión. Además consideraba el hecho que solo tenía
hasta las 6:45 pm para finalizarla; debido a otras actividades fraternas
siguientes.
Al entrar a mi
habitación, coloqué el recipiente con agua sobre el escritorio de estudio.
Sentía calor y abrí las ventanas. Sin embargo, dejé las cortinas cerradas porque
el resplandor del sol era fuerte. En seguida busqué en mi escritorio el folleto.
Se trataba sobre: -Delito y eticidad. El
nuevo enfoque teórico intersubjetivo de Hegel-. Teniéndolo listo, me senté,
encendí la computadora e inicié la tarea.
Conforme leía
por segunda vez el texto, iba haciendo anotaciones que correspondía a las
estructura de la argumentación. Tenía al lado derecho de mi escritorio el
pichel de agua y un vaso de vidrio. Constantemente
tomaba agua para mantenerme concentrado. Eran las 5:00 pm y el avance en la
lectura era lento, pero sin duda efectivo. Me sentía conforme, estaba profundizando
en el tema.
Para mi
sorpresa mi celular comenzó a sonar. Me estaban llamando. Pensé ligeramente en
no contestar, el tiempo era poco y se me terminaba. No obstante, fue inevitable
no contestar. La persona que me llamaba era mi abuela. Hacia algunos meses que
no hablaba con ella. Experimenté alegría y ternura al saber noticias de ella y
de mi familia. Por tal razón, suspendía mi labor intelectual alrededor de unos
treinta minutos. Mientras hablaba, entraron a mi habitación dos de mis hermanos frailes (ya que
estaba con las puertas abiertas). Por sus gestos comprendí que ya habían
finalizado sus trabajos. Eso provocó en mí una leve carga y tensión.
Seguramente era yo el único trabajando en dicha tarea y por si fuera poco,
estaba bastante atrasado.
Después de
hablar por teléfono con mi abuela retomé mi trabajo. Eran las 5:45 pm. Mientras
avanzaba, sentía la presión del factor tiempo; quedaba una hora. Me faltaba más
de la mitad. Estaba completamente seguro que no iba a terminar a las 6:45 pm.
Por lo visto, tendría que considerar algunas alternativas. La primera, seguir
de corrido con el trabajo ya iniciado y faltar a la cena y a la película fraterna. O bien, ir a cenar,
mirar la película y hasta después finalizar la tarea, considerando que tenía
hasta las 11:59 pm para enviar mi trabajo.
Ante esta circunstancia,
experimenté un poco de molestias conmigo mismo, me decía: -debes mejorar en tu
manera de organizarte, dejar de ser perfeccionista en mis análisis- y ser más
práctico. Entre tanto, pasaba por mi mente la pregunta ¿Qué decisión tomar, qué
debía hacer? Por un lado, tenía mi responsabilidad en el estudio y terminar mi
tarea con todo el análisis requerido. Y por el otro, me encontraba frente a los
valores fraternidad, compartir un momento de recreación, viendo una película,
además es una vez al mes.
Sin más confrontación
que mi propia conciencia opté por seguir con mis estudios. En cierto modo, sentí una “preferencia” en mi decisión,
una inclinación valorativa de seguir con mi tarea y por ende renunciar a la
cena y a la película, hasta terminar. Mientras seguía, escuché por los pasillos
un sonido y era el de la campana. Indicaba que la cena estaba lista. Era el llamado
para reunirnos en el comedor. Aunque tenía hambre, no bajé. Pasé de largo y
continué con mis análisis, trabajaba en la estructura de la argumentación del
texto, leído. Me sentía agotado a veces no entendía algunas premisas, pero poco
a poco avanzaba. Al cabo de una hora logré
finalizar la dicha estructura.
Eran las 8:00 pm.
Nuevamente escuché el toque de la campana. Por los pasillos se oía, abrir y
cerrar puertas; algunos pasos, unos denotaban llevar prisa, mientras que otros
iban quizá despacio. Escuché y reconocía algunas voces, parecían bromas y risas.
Más yo, decididamente continúa en mi habitación, sentado en mi escritorio y de
frente a la computadora. A mi lado izquierdo el folleto subrayado con marcador
y lapicero y con ciertas anotaciones y a mi lado derecho el recipiente de agua
y el vaso de vidrio medio lleno.
Conforme
avanzaba la conceptualización de la tesis general y la hipótesis, experimenté
cansancio. La sensación de hambre aumentó en mí. Decidí ir a la cocina. Comí
rápidamente un pan y me bebí un vaso de té frío. Así lo hice. No había nadie, todos estaban en
la sala de TV, salvo el padre párroco. Intercambiamos un saludo. Muy sutilmente
justifiqué el motivo por el cual no estaba en la película. Me dio la impresión que
mis deliberaciones no le fueron significativas. Sin embargo, no puse cuido a
ello. Luego volví a mi habitación.
Estaba más tranquilo. Me tomé más en calma la
última parte del trabajo. Eran las 9:20 pm cuando redacté la conclusión y
realicé una última revisión antes de enviarzelo al catedrático. Busqué
en You Tobe un poco de música instrumental.
Mientras escuchaba las melodías terminé la revisión y envié mi tarea.
A las 9:45 pm ya ni siquiera pensé en llegar a la sala de
TV. Y me dispuse para ir a descansar.
Domingo 1 de mayo de 2016:
ResponderBorrarPrimer domingo del mes de mayo y al ser las ocho de la mañana iniciaba la eucaristía en la Basílica del Rosario por la festividad de la rosa. En días anteriores había pensado no ir a esa actividad por que me debía acostumbrar al ritmo pastoral de mi nueva casa en la Parroquia de San Martín, a parte de que no tenía muchas ganas de ir al centro histórico por el calor y por la aglomeración. Sin embargo, el párroco ya me había dicho que le ayudara y yo fui.
Comenzó la procesión de entrada y el coro comenzó a entonar el himno de la coronación pontificia de la Virgen del Rosario. Ver ese templo repleto de gente con rosas en la mano y el sonido de esas trompetas como de una corte real, me generó una impresión de asombro y un comentario automático: ¡sólo aquí en Guate se ven esas cosas! la sensación de emoción y asombro cambió cuando me di cuenta que tenía a cargo la ceremonia y había mucho calor y ritos que dirigir.
Me sentía cansado, no era el mismo sentimiento de antes y mucho menos de la cuaresma. Es una celebración más festiva, popular y un poco cursi. Durante la misa pensaba en lo bonito que había sido la cuaresma y semana santa, pero estaba al tanto de lo que se ocupara en el altar y me gustaba como el coro del maestro Luis Pirir dirigía los cantos con ese aire palaciego. Volvía a pensar: ¡que gente más engasada acá en esta Basílica! ni que fuera la abadía de Westminster.
Terminó la eucaristía después de casi dos horas y seguía la procesión con la réplica de la Virgen del Rosario por el casco histórico. Había decidido que no iba a caminar más que al Arco de Correos por que tenía obligaciones en mi nueva casa de la zona 15. Inició el turno de salida y pensé en salir a esperar en el atrio la salida de la Virgen. Me encontré con buenos amigos de la cofradía del rosario y empezamos a fregar un poco y a platicar del calor que se percibía para la mañana.
En ese momento un amigo de la cofradía me dijo: "mano no tenés turno, vení formate y nos ayudas en el primer turno de caballeros". A regañadientes me formé por que no tenía ganas de cargar esta vez, quería irme rápido, no me gustaba el ambiente de los rezados. Salió la Virgen y la banda marcial del Colegio San Pablo le hizo los honores correspondientes. Luego se quemaron una gran cantidad de ametralladoras y cuetes al son de la granadera.
Se aproximaba el anda a nuestro turno que era en el atrio de la Basílica y hasta la 12 calle, bastante trayecto. Me llamaron la atención los danzantes que iban delante de la Virgen, bailando vestidos de indígenas. La nube de incienso nos inundó y tomamos el turno. Cual fue mi sorpresa que el son elegido para ese turno era uno de los que más me gustaba: "la quema del diablo".
Se comenzó a entonar la melodía y el paso de procesión no era precisamente despacio, sino rápido y festivo. Se iba bailando la virgen al son de la melodía con aires de mestizaje y de alegría de nuestra gente más sencilla. Se me erizó la piel y comprendí que estas son las fiestas de la gente que no fue ese fin de semana a Civil War o Godspell sino que visitó a su madre para desearle un feliz día y un gran mes de mayo. Es el mes en que los devotos cuentan veinte semanas para que inicie el mes de octubre.
El son se hacía más sonoro y alegre, los cuetes se quemaban al pasar, las rosas eran tiradas desde las aceras y las expresiones que se observaban no eran del dolor del viernes santo sino de la ternura que refleja el rostro del hijo que observa venir a su madre a su encuentro. La apatía cambió por emoción ya que en ese momento pensé que es imposible no vibrar con el alma barroca de Guatemala.
El son terminó y la procesión tomó la 12 calle rumbo a la Plaza de la Constitución, sin preveer que a pocas cuadras los sindicalistas marchaban por el día del trabajo. Regresé a la zona 15 desolada por ser asuento y pensé que en la zona 1 quedaban dos colectivos vibrando por sus convicciones.
¿Fuera de lugar, Ricardo? Descripción suficientemente detallada, aunque quizá no tanto del lado emocional propio. Me intriga la referencia a "Civil War o Godspell". Ni idea de qué se trata. Por otra parte me pregunto si no te fuiste ya más por lo literario con esa descripción del rostro de los feligreses como de hijos que ven venir a la madre... Asimismo, la referencia al "alma barroca" es ya reflexión ulterior, histórico-antropológica.
BorrarEn mi segunda descripción fenomenológica. Presento un hecho donde las circunstancias me llevan a tomar una decisión ante dos situaciones valiosas. Por tanto, frente a esta ambivalencia de la vida, cómo acciona el -deber ser-. No perdiendo de vista mi pregunta base de investigación. Por lo que me refiero al fundamento fenomenológico del deber ser.
ResponderBorrarme parece interesante tu descripción y en lo personal creo que esta bien, en cuanto te centras detalladamente en las situaciones que quieres señalar. También creo que en dirección al contenido a tratar sobre el deber ser esta bastante bien.
ResponderBorrarBien. Descripción suficientemente detallada y contextualizada. Tengo algo de duda acerca de la vivencia específica, concreta, del deber ser. ¿En qué momento preciso, y cómo, se siente el deber, por ejemplo, de seguir trabajando y no comer o no ir a la peli? ¿O no hay momento ni vivencia precisa?
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