Juan Tiul
Antes de
comenzar con esta descripción fenomenológica
del “sabor”, me gustaría en primer lugar describir cuál y cómo fue el
proceso al escoger esta fruta. Para empezar téngase en cuenta que no fue fácil
¿Por qué? Por varias razones: 1). Mi cabeza no quedaba en una sola fruta,
pensaba este y lo otro. 2). Opté por un banano y en ese preciso momento me hice
esta pregunta ¿Cuál de todos los bananos? Tú y yo sabemos que hay variedad de bananos. Finalmente,
escogí hacer este ejercicio al sabor de un “plátano” que para mí creo y
considero conveniente para esta descripción. No me gustaría por el momento
entrarme de lleno al tema, para mí sería bueno hacer saber y tener la idea de
que no es la primera vez estoy saboreando un plátano, pero sí, es la primera
vez que hago o estoy haciendo este ejercicio del sabor. Estoy tan seguro que tú
y yo hemos tenido la experiencia de conocer, saborear, comer y oler un plátano.
Pero, si por el momento no has tenido la experiencia de saborear un delicioso
plátano sería bueno que lo hicieras, para que tú y yo podamos hacer una
descripción correcta sobre el sabor del plátano y llegar a una misma conclusión
aceptable.
Imaginemos
usted y yo caminando por el mercado de la terminal zona 4, sin esperar que algo
sucediera y de repente salen unas señoras ofreciendo bananos. Fíjese bien lo
que voy a decir; una de las señoras ofrecía guineo manzano, la otra ofrecía
guineo de ceda, también la otra ofrecía guineo colorado y la señora última
ofrecía plátano. Con tan solo escuchar los nombres de cada banano usted y yo
inmediatamente se nos viene en la cabeza como son, que sabores tienen y o hasta
los tamaños lo podemos imaginar, etc., según las experiencias que se tienen a
estas frutas. En este momento me enfocaré en el sabor de la fruta ¿Cómo es el
sabor? ¿Con qué se parece el sabor? ¿Tiene un único sabor? Estas preguntas
serán respondidas y explicadas de acuerdo a la experiencia vivida sobre esta
fruta.
Antes de
pelar la fruta, se me ocurrió en primer lugar olerla para sentir qué olor
tenía. Pelé la fruta y volví a hacer el mismo procedimiento. Después de hacer
esto intenté comparar el olor de la parte exterior de la fruta con la parte
interior. De hecho sí lo tenía en retención los olores el cual experimenté que
no tenían los mismos olores. Terminado de hacer este primer paso volví a hacer
el mismo procedimiento el “olor” de la fruta pelada con el “sabor” de la misma
fruta. Aquí quiero dejar claro esta experiencia, no sentí la diferencia al oler
y comer el plátano, es decir, no se diferencia el olor de la fruta con el sabor
de la misma. Para ir ya culminando una primera hipótesis podría ser que el
plátano tiene un sabor natural ¿Por qué natural? Porque tiene un sabor
agradable que hasta en el paladar me hizo sentir lo
sabroso que estaba, ni dulce ni amargo a excepción de otros bananos. No sentí
que tuviera potasio, calcio, vitamina a, b, c, sino más bien algo que da gusto,
simplemente gusto. Y por último considero que el sabor no se parece con sabores
sintéticos o artificiales. Por lo tanto, puede parecer con sabores de otros
bananos pero no en su totalidad.
Juan, ¡qué interesante experiencia con el plátano! Jámás ha pasado por mi mente hacer este experimento ni mucho menos la forma en la cual vos lo hiciste. Es muy complicado hacer una epojé sobre el plátano o sobre el banano, pues aunque tiene sabores parecidos, no son iguales con los del guineo, por ejemplo.
ResponderBorrarNormalmente el plátano se como rodajado y frito con aceite o en todo caso asado. Pero vos rompiste el esquema, pues po lo que entiendo saboreaste un platano crudo. De alguna manera considero normal que definás el sabor del plátano como algo "natural", pues un platano maduro siempre tend`rá un sabor agradable, a diferencia de otras frutas, como la papaya o el aguacate, que no se sabe cuando saldrán con buen sabor.
Me llamó la antención la definicón del término agradabel como algo que "da gusto". Tal vez saliéndonos un tanto de lo fenomenológico, el término "agradable" es un tanto relativo, pues lo que para uno pudiese ser agradable, tal vez no lo sea para otro.
Tenés toda la razón cuando decis que no sentiste el sabor a calcio o a vitaminas. Eso no se percibe al saborear algo. Al soborear algo es que ya sea dulce, amargo, ácido, amargo o agrido, lo importante es que para quien lo prueba, es que el elemento tenga un sabor agradable.
Felicidades por compartir esta experiencia Juan. Qué sigas disfrutando del sabor del plátano. ¡Ánimo y adelante!
Su trabajo Juan abarca varios aspectos que son interesantes, pero a la vez me parecen necesarios de revisar. Sí, hay que escoger detenidamente ante una gran variedad de alternativas sobre lo que se quiere hacer el ejercicio. Son detalles que se ven solo cuando se hace un ejercicio de este tipo.
ResponderBorrarSin embargo, hacer una descripción correcta, cosa que usted afirma al final de su primer párrafo, al hacer la invitación a tener la experiencia de comerse un plátano, me parece una conclusión muy general. No sé si las habrá, o de acuerdo a qué criterio las habrá. Me parece que solo se puede llegar a conclusiones aceptadas por consenso, pero que pueden cambiar en cualquier momento.
Me parece que usted poco describe el sabor. Se centra más en detalles que no vienen del todo al caso, excepto si se profundiza más en la otra parte, es decir, el sabor. Por ejemplo, usted invita a imaginar ir al mercado de la zona cuatro, en el que se hará la elección de un tipo de plátano para el ejercicio. Debería haberse centrado un poco más en el polo-yo, es decir en el hecho de sentir el sabor, en que se siente sentir el sabor, de realizar la epojé más en este hecho.
En el párrafo final me parece que hace un buen intento de describir la experiencia tenida, pero se queda muy corta. No saca muchas esencias del sabor. Lo del sabor natural de ésta fruta no lo justifica. Hay cosas que se pueden comer sin ser naturales, es decir, pueden ser artificiales y sentir su sabor, pero pueden ser agradables también al paladar.
Sin embargo, después de todo me parece que ha hecho un buen intento al realizar su texto.
Es muy interesante la forma como tratas de introducirnos a reconocer tu experiencia fenomenológica sobre el sabor y como pude entender es sobre el sabor del plátano, pero creo que para introducirnos basta una pequeña reseña de cómo llegaste a escoger el plátano. Lo más importante es conocer y saber cómo fue tu experiencia sobre el sabor de esa fruta y no tanto como llegaste a encontrar el plátano.
ResponderBorrarValoro todo lo que trataste de hacer pero me queda algunas dudas ¿Cuál fue tu experiencia del sabor? ¿Cuál es el sabor del plátano? ¿Tenía sabor el plátano? Lo único que encuentro en todo estos es que resaltas el “sabor natural” y agradable pero me pregunto ¿Qué es el sabor natural? ¿No tendrá otro sabor? Hace falta mucha información sobre el sabor, quiero saber por qué terminas con hipótesis si ya tuviste tu experiencia con el sabor. Tal vez para la próxima dejar atrás un poco las narraciones como de historia y enfocarte más en la precisa experiencia.
Rene Alvarez
ResponderBorrarJuan, considerando que el tema que te correspondía era la experiencia del sabor, lo que puedo captar, que estás dando una descripción de lugares y de frutas. Pero en sí, no haces comentario de la experiencia que tuviste cuando saboreaste este plátano. No específicas si estaba madura o zarazo, de este punto puede iniciar la experiencia de percibir su consistencia y sabor pero de eso no mencionas nada. Cuando uno come alguna fruta, tiene un enlace con el sentido del gusto y de la vista y eso debería llevarte a experimentar lo que se siente al olerla, comerla, si es dulce o acida, cómo reacciona tu paladar, que sensación tiene y como es su percepción. Cosa que vos comentas muy poco sobre esta experiencias te vasas más sobre explicaciones que no dicen nada sobre el análisis. Es valioso el esfuerzo que hiciste déjate llevar más por lo sentido y la experiencia.
Tienen razón los compañeros respecto de que poco, prácticamente nada, se dice del sabor del plátano en cuanto tal. Nada tampoco acerca del saborear... Bonito estilo, por cierto, que invita a imaginarse haciendo la experiencia; pero por lo mismo, se frustra más uno con el resultado.
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