miércoles, 7 de mayo de 2014

Reducción Fenomenológica de Bebidas Carbonatadas

En los lugares donde el calor es sofocante, la mayoría de veces las personas optan por las bebidas carbonatadas que en los últimos años se han propagado a tal manera que ya no saben que nombre ponerles porque lo último que importa es que quite el calor y disipe la sed. Aunque en pocos casos la elección de la bebida tomar, estará determinada por el precio, en la mayoría de ellos se optará por aquella que resulta simplemente “más rica”.  Esta es la razón, que me motivo a realizar la reducción fenomenológica, enfocada en las bebidas carbonatadas específicamente comparando el sabor de la Coca-Cola, de aquí en adelante líquido A, frente al sabor de la Súper Cola, de aquí en adelante líquido B. Es curioso escuchar a la gente cuando dicen: “yo prefiero el líquido A, porque es más rico”, pero efectúas la pregunta ¿Por qué lo considerás rico?, y casi siempre la respuesta redunda. Así que “lo rico” es lo que comencé a rebuscar a través del gusto comparando ambos líquidos. 

Primeramente hice varios enjuagues de agua pura para tratar de tener lo más insípida la boca al momento de probar ambos líquidos. Destape ambos recipientes di un sorbo brusco (tome como si fuese agua), del líquido A, y seguidamente trague, hice una pausa enjuague la boca, y procedí a dar un sorbo del líquido B. Evaluando y comparando las bebidas, del líquido A, percibí como un impacto de efervescencia, burbujeo en la boca y cosquilleo en la lengua al tener retenido el líquido, sumándole el característico sabor dulce acaramelado propio de estas bebidas. Ahora, del líquido B, pude catar las mismas características del líquido A, pero a menor intensidad, y con la variación también que la sensación de dulce era a menor escala.  Por lo que decidí trabajar y enfocarme en el líquido A. 

Ahora dedicándome solamente con el líquido A, me detuve a analizar las sensaciones que tenía en la boca, y comencé hacer una detención del líquido (que estaba considerablemente frío), con la punta de los labios y con la punta de la lengua donde supuestamente están los sensores que descubren lo dulce, en ese instante sentí fuertemente el cosquilleo y la efervescencia del líquido y era tan fuerte que no podía hacerlo por largo tiempo sino que tenía que darle entrada inmediatamente a la boca. Luego al tener el líquido en medio de la lengua solo sentía que tenía algo en la boca pero no distinguía sabor y el cosquilleo baja de intensidad, lo curioso de esto es que al pasar el líquido por los sensores laterales de la lengua (papilas para el sabor ácido), era donde saboreaba el sabor dulce del líquido hasta que pasaba por el paladar el cual quedaba con el mismo sabor. Inmediatamente después de tragar el líquido, tentaba con la lengua, o sea saboreaba buscando alguna evidencia de lo que había pasado minutos atrás, y percibía de una forma leve un sabor como ácido que difícilmente se podía apreciar. Una de las dificultades que tuve es que no podía retener el líquido por mucho tiempo pues al ir agitando con la lengua el líquido, se producía más burbujas e iban inflando mis cachetes a tal punto que tenía que tragar antes que explotara mi boca.

Hice varios sorbos buscando más datos, y al tener el líquido en mi boca y agitarlo con la lengua las burbujas iban en aumento y el sabor poco a poco desapareciendo, con esto ahora puedo asegurar porque una gaseosa abierta y dejada en reposo pierde su sabor y las propiedades que la hacen “rica”. Con esto, puedo asemejar “lo rico”, a las sensaciones percibidas y producidas en la boca por parte de este líquido. Deduciendo así que la esencia de este, es el burbujeo y cosquilleo que se da en la lengua en cuestión de segundos, máximo cuatro. A esta manifestación de “rico”, puedo igualarla a una sensación de frescura y  relajación, porque en la mayoría de los casos al ingerir este líquido, inmediatamente se emite el sonido del “¡aaaahhh!”, que espontáneamente emite nuestra boca.

Al final, la boca queda con una sensación como a aluminio, parecido cuando recién me he tomado una cucharada de leche magnesia. Otro aspecto con el sabor, es que lo pude igualar al de la vainilla, y para despejar dudas me fui a la cocina a verter un poco de vainilla líquida disuelta en agua, y el sabor se acoplaba bastante al del líquido A. Ya lo último que quedaba en el recipiente, había perdido su “sabor”, o su toque característico de “frescura”, pues ya había tenido un poco más de 20 minutos abierto el envase. Asimismo, al estar tomando el líquido, percibí como lubricación en los ojos, producto de la efervescencia y burbujeo, a como también, recordé vivencias donde me he encontrado sediento y agotado, y que una bebida de estas ha calmado esas sensaciones molestas.
  
Para concluir considero que las personas prefieren más el líquido A, que el líquido B, porque este les produce con más intensidad, más sensaciones y reacciones en la boca de quienes lo consumen.  

2 comentarios:

  1. La anterior descripción de las bebidas carbonatadas está plasmada de una gran riqueza de elementos de la metodología fenomenológica. La creatividad es, por mucho, el aspecto esencial de tu trabajo. Después de haber realizado varias lecturas de tu documento, rescato los siguientes aspectos:

    Considero que al hacer una comparación entre dos bebidas carbonatas, fortalecen desde un principio la variación eidética:
    “las bebidas carbonatadas específicamente comparando el sabor de la Coca-Cola, de aquí en adelante líquido A, frente al sabor de la Súper Cola, de aquí en adelante líquido B”.

    La contextualización que haces al inicio, brinda luces para determinar la reducción eidética, especialmente el enfoque de tu experiencia: “a lo que llamamos ≪rico≫ después de tomar una bebida carbonatada”. Por eso dices que “puedes asemejar ≪lo rico≫, a las sensaciones percibidas y producidas en la boca por parte de este líquido”.

    Me he percatado que el sentido del tacto ayudó para poder ahondar en tus resultados: “impacto de efervescencia, burbujeo en la boca y cosquilleo en la lengua al tener retenido el líquido. Igualmente el sentido del gusto: “el característico sabor dulce acaramelado propio de estas bebidas”.

    Solo me queda agradecerte por tu trabajo que me brinda luces para seguir ahondando en la fenomenología.

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  2. Muy buen nivel de deliberación y detalle en el procedimiento. Ingenioso también. ¿A qué esencia creés que te acercaste, a la del sabor dulce, a la de la relación de sabor líquido y tacto con la lengua?...

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