Ignacio Barillas
Me regalaron un doblelitro de coca cola. Eché un poco de coca cola en un vaso de vidrio. Tomé un sorbo de agua. Sentí el sabor dulce combinado con el tono gaseoso que tiene la coca cola. Al sentir un sabor agradable, seguí bebiendo coca cola hasta terminarme el vaso. Al ver que había más coca cola me dieron ganas de beber más. Me di cuenta que además de sentir el sabor con la legua, también mi lengua percibió el estado fuertemente gaseoso de la coca cola y mi vista me estimuló para que siguiera bebiendo más agua. Esto es todo lo que podría decir.
Muy pobre y superficial, casi solo anedótico. Vi que hiciste otra descripción más completa. Mejor.
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