Descripción Fenomenológica
(Primera Experiencia: Directiva de la Pastoral Sacramental, El Mezquital)
¿Cómo
se manifiesta la libertad en la vida del ser humano?
Llegué al Mezquital un poco tarde. Tenía sueño y me dolía la cabeza. Yo no quería ir a la reunión de la pastoral sacramental. Me fui al cuarto para dormir. El cuarto estaba muy caluroso. Salí y fui a la cocina a tomar agua. Luego de tomar agua, tomé café. Volví al cuarto buscando una excusa para no ir a la reunión. En el cuarto me quité el hábito, me tiré a la cama y continué pensando en qué ocuparme para no ir a la reunión.
Estando en la cama me acordé que el día siguiente (domingo), era el retiro de confirmación y que era obligatorio estar en esa reunión. Me puse de pie. Me puse el hábito. Restregué mi cabeza. La moví hacia la derecha y hacia la izquierda. Tomé la biblia, el cuaderno y el lapicero. Dije a dos frailes que ya me iba y me fui caminando. Sentía el cuerpo un poco pesado y mis pensamientos me obligaban a quedarme.
Llegué a Villa Lobos I, (Parroquia Dios con Nosotros: El Mezquital), a las siete de la noche, ahí sería la reunión. En el salón había tres catequistas. Yo saludé. No me respondieron. Dijeron que no había lugar para mí. Los miré como cuando un padre mira a su hijo que ha hecho algo malo. Dije que me iba. Me pidieron que me quedara. Caminé hacia la silla, me senté y cerré los ojos. Comencé a jugar con el lapicero entre mis dedos. Como media hora después comenzó la reunión.
Solo se había discutido el primer punto, cuando llegaron hasta la puerta, los papás de una catequista. Desde la puerta me llamaron por medio de señas. Caminé hacia ellos. Me pidieron que le permitiera a su hija irse con ellos, pues había problemas en su comunidad por las maras. Me explicaron que por el enfrentamiento de las maras suspenderían los buses. Miré sus rostros. Por sus mejillas corrían unas lágrimas, la voz se les oía entre cortada. La madre, temblaba de todo su cuerpo. Volví la mirada hacia los catequistas que seguían hablando sin darse cuenta de nada.
Aun miraba hacia dentro, cuando la mamá me dijo que por favor le llamara a su hija. Desde la puerta hablé interrumpiendo la reunión, llamé a la joven y la mandé con los papás. Ellos la abrazaron, le explicaron la situación y se la llevaron. Después entré, me senté y pedí que se suspendiera la reunión y que cada catequista se fuera a su casa. Me dijeron que no. Y continuaron la reunión. Quería levantarme e irme, pero continué sentado escuchando hasta el final.
Bien. Veo dos momentos clave para la cuestión de la libertad: tu debate en el cuarto sobre ir o no ir. Claramente no querías, y hasta buscaste excusas, pero al final paraste yendo. El otro momento es cuando pediste suspender la reunión y los presentes se negaron, contrariándote, pero igual te quedaste. Habría que enfocar más esos momentos de decisión, cómo se da esta incluso en contra de lo que uno quiere. Buena estrategia describir la libertad cuando se decide en contra de la inclinación.
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