domingo, 19 de abril de 2015

experiencia con el miedo

Lugar: callejón del sector A, colonia Mezquital, Villa Nueva, Guatemala.
Decisión: elegí este espacio ya que es uno de los lugares donde la mayoría de gente no puede entrar, ya que los pandilleros les niegan el acceso. Son los lugares donde ellos habitan y donde tienen sus centros de operaciones.
Tener la vivencia.
La experiencia la realicé el lunes 16 de 6:00 pm a 8:00 pm.
Después de muchos cuestionamientos, me decidí realizar esta experiencia, motivado por tratar de descubrir, primero que nada, en carne propia, otro tipo de sensaciones que dentro de la casa, es muy difícil experimentar.
Ese lunes, pase durante la tarde imaginando situaciones que podrían ocurrir en esta experiencia, y no voy a negar que sentí un poco de miedo. Sin embargo me fui calmando y tratando de alejar esos pensamientos.
Cerca de las 5:45pm.me puse el habito religioso y me dirigí a este sector. Salí de la casa, dejando avisado a algunos frailes, y empecé a caminar. Al inicio iba saludando a mucha gente, como es norma, durante varias calles. Al llegar a la entrada del sector, comencé a notar que la cantidad de personas en la calle, disminuyo bruscamente. Me dirigí por unos callejones, y le preste atención a las casas. La mayoría tenia las luces encendidas por dentro, pero no tienen luz afuera. El callejón estaba oscuro. Es allí donde me doy cuenta que dos mareros estaban sentados en la acera que viene enseguida mi paso. Yo les digo: buenas noches y me contestaron: buenas.
Seguí caminando y varios salieron de algunas casas. Yo iba caminando despacio, y llevaba un morral en el hombro. Tuve al inicio miedo, pero era más leve. Cuando vi que las únicas casas abiertas eran las de ellos, me dio compasión poder semi observar las condiciones en que viven.
Eran casas de lámina, bastante descuidadas, y allí pude ver colchonetas y grupos de ellos, unos sentados en la puerta, otros fumando marihuana dentro de las casas.
El miedo iba en aumento, note en sus rostros mucha curiosidad, a algunos ya los había visto antes, a otros no. Uno de ellos me dijo ¿Padre, que anda haciendo por aquí?, yo le respondí: Aquí, visitándolos a ustedes. Percibí que cuando dije eso, traté de solidificar el tono de la voz, sin parecer muy prepotente, pero tampoco denotando el miedo.
Cuando ya llevaba un buen rato caminando, me encontré a una señora, conocida de la parroquia, y me preguntó que andaba haciendo por allí. Yo comencé a interrogarla y me expresó que en ese sector no cualquiera podía entrar. Ellos tienen cercada y controlada la zona, todas las familias pagan extorsión, entre 100 y 1000 quetzales, depende las ocupaciones, y posibilidades económicas de la familia.
Ella me acompañó hasta la casa. Pude percibir cierto nerviosismo, aunque es aquí donde debo distinguir entre lo que percibí en la señora y yo. En ella noté preocupación, miedo, ansiedad.
En mi pude percibir curiosidad, un miedo gradual, cierto desasosiego que me provocó querer regresar.

1 comentario:

  1. Con todo y planificación, que incluyó el "resguardo" del hábito, igual sentiste miedo. También otras cosas, por cierto. Ahora a pensar en la estructura del miedo: su objeto, el sentimiento como tal, su por qué vivido (¿de qué (no solo ante qué) se siente miedo?, ¿qué se teme que pueda suceder?), etc.

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