Lugar: callejón del sector A,
colonia Mezquital, Villa Nueva, Guatemala.
Decisión: elegí este espacio ya
que es uno de los lugares donde la mayoría de gente no puede entrar, ya que los
pandilleros les niegan el acceso. Son los lugares donde ellos habitan y donde
tienen sus centros de operaciones.
Tener la vivencia.
La experiencia la realicé el lunes
16 de 6:00 pm a 8:00 pm.
Después de muchos cuestionamientos,
me decidí realizar esta experiencia, motivado por tratar de descubrir, primero
que nada, en carne propia, otro tipo de sensaciones que dentro de la casa, es
muy difícil experimentar.
Ese lunes, pase durante la tarde imaginando
situaciones que podrían ocurrir en esta experiencia, y no voy a negar que sentí
un poco de miedo. Sin embargo me fui calmando y tratando de alejar esos
pensamientos.
Cerca de las 5:45pm.me puse el
habito religioso y me dirigí a este sector. Salí de la casa, dejando avisado a
algunos frailes, y empecé a caminar. Al inicio iba saludando a mucha gente,
como es norma, durante varias calles. Al llegar a la entrada del sector,
comencé a notar que la cantidad de personas en la calle, disminuyo bruscamente.
Me dirigí por unos callejones, y le preste atención a las casas. La mayoría
tenia las luces encendidas por dentro, pero no tienen luz afuera. El callejón estaba
oscuro. Es allí donde me doy cuenta que dos mareros estaban sentados en la
acera que viene enseguida mi paso. Yo les digo: buenas noches y me contestaron:
buenas.
Seguí caminando y varios salieron
de algunas casas. Yo iba caminando despacio, y llevaba un morral en el hombro.
Tuve al inicio miedo, pero era más leve. Cuando vi que las únicas casas
abiertas eran las de ellos, me dio compasión poder semi observar las
condiciones en que viven.
Eran casas de lámina, bastante
descuidadas, y allí pude ver colchonetas y grupos de ellos, unos sentados en la
puerta, otros fumando marihuana dentro de las casas.
El miedo iba en aumento, note en
sus rostros mucha curiosidad, a algunos ya los había visto antes, a otros no.
Uno de ellos me dijo ¿Padre, que anda haciendo por aquí?, yo le respondí: Aquí,
visitándolos a ustedes. Percibí que cuando dije eso, traté de solidificar el
tono de la voz, sin parecer muy prepotente, pero tampoco denotando el miedo.
Cuando ya
llevaba un buen rato caminando, me encontré a una señora, conocida de la
parroquia, y me preguntó que andaba haciendo por allí. Yo comencé a
interrogarla y me expresó que en ese sector no cualquiera podía entrar. Ellos
tienen cercada y controlada la zona, todas las familias pagan extorsión, entre
100 y 1000 quetzales, depende las ocupaciones, y posibilidades económicas de la
familia.
Ella me acompañó
hasta la casa. Pude percibir cierto nerviosismo, aunque es aquí donde debo distinguir
entre lo que percibí en la señora y yo. En ella noté preocupación, miedo,
ansiedad.
En mi pude
percibir curiosidad, un miedo gradual, cierto desasosiego que me provocó querer
regresar.
Con todo y planificación, que incluyó el "resguardo" del hábito, igual sentiste miedo. También otras cosas, por cierto. Ahora a pensar en la estructura del miedo: su objeto, el sentimiento como tal, su por qué vivido (¿de qué (no solo ante qué) se siente miedo?, ¿qué se teme que pueda suceder?), etc.
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