viernes, 27 de marzo de 2015

Segundo momento: unas horas antes de la operación. 24 horas antes de la operación.



Segundo momento: unas horas antes de la operación. (24 horas).
Es miércoles, faltan unas horas para la operación, son las 7.30 de la noche, estoy en mi habitación, muy agitado, debo dejar todo en orden.
Revisé mi correo, muchas personas, familias y amigos me escribieron, expresaron muchas cosas positivas y oraciones por mi pronta recuperación.
Es jueves 26 de marzo, son las 5 de la mañana, mi reloj me acaba de despertar. Hoy me internaré en el hospital.
Me bañé, organice mi maleta, fui a la oración con los hermanos. Todos expresaron su apoyo y sus oraciones, no sabía que decir o que hacer, solo estaba en silencio. Mediante se acerca la ora, mis músculos se ponen rígidos, a veces mi corazón palpita más fuerte, tengo una sensación de fuga, como querer gritar.
Antes de salir de casa, le pedí al hermano párroco que me diera la bendición. Fue un momento muy intenso, él puso su mano en mi cabeza y cerré mis ojos…  pensaba en muchas cosas… no las tengo claras, fue muy rápido. Sentía algo en la garganta y mi pecho, como cuando queremos decir alguna cosa pero no se nos permite. Sentí abandono, abrí los ojos y quise llorar pero me contuve.
 Ya es hora de irme, dos hermanos me acompañan, me empiezan hacer preguntas en el camino, no pongo mucha atención, estoy ensimismado, pienso en posibles consecuencias. Llegué a la antigua, entre por la puerta lateral del hospital.
ví a mucha gente, muchos doctores caminaban y a unos ancianos con bata, me visualisé así en pocas horas, caminaban despacio, con suero.  Me sentia como desconectado, caminaba y era como que si estuviera dormido, mis manos empesaron a sudar, solo seguia al fraile encargado de mi operación. Me dirijí al laboratorio y me tomaron unas muestras de sangre, estaba más nervioso como de costumbre, el pinchazo me dolió mucho, cuando observé la sangre, sentí una corriente extraña en mi cabeza, en la parte izquierda, como que algo mojado haya pasado por ella, o como cuando la piel se eriza por algún estimulo externo. 
Ya es el momento, después del registro quedaré internado.
Mientras esperaba mi turno, empecé  a caminar en el pasillo, estaba “chascando” mis dedos, y tenía mucho frio. Había mucha gente, algunos estaban rezando, los doctores sonreían y otros daban malas noticias. Decidí que era tiempo de tranquilizarme, empecé a respirar lentamente, y me senté cerré los ojos, hice una pequeña oración.
Me dirigí a registro, di mis datos, la señorita, me observó y después de introducir datos en la computadora expreso: “no me asuste fray”, que paso le dije, hay un error en los datos, su operación fue cambiada para en abril…
Después de hacerle más preguntas, me moleste, me dio mucho miedo el pensar que de aquí hasta ese tiempo, me vayan a internar de emergencia. Me sentía incómodo, ya estaba dispuesto, me había preparado psicológicamente.
Mi ritmo cardiaco disminuyo, y di un fuerte suspiro, me dio mucho apetito y mientras caminada al comedor, me sentí más libre, liviano, y con mucha hambre, comí de todo lo que me ofrecieron y me dispuse a disfrutar del momento. ¿La tensión, los nervios que se hicieron? hice algunas bromas, mientras me disponía a prolongar mis sentimientos por más tiempo.
Regresé a casa y escribí esto.

3 comentarios:

  1. saludos a todos, gracias porque sé que estuvieron pendietes... espero sus comentarios.

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  2. ¿Cómo se relaciona esto con la descripción anterior? Un par de claves: el sentimiento de desconexión y el frío y las otras sensaciones agudas.

    Ojo con la ortografía y la redacción. No volviste a leer, ¿verdad?

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  3. en este caso, te doy razón al respecto sobre como se siente uno al saber que va a ser operado, no es fácil asimilar, y eso puede pasarle a cualquiera, el miedo a la muerte, suele pasar en personas que van a pasar por algún tipo de operación que es muy riesgosa.

    lo he visto en personas que cuando van a la iglesia, piden que todo les vaya bien, e inclusive piden el sacramento de la unción si en caso sienten que en ese momento les llegará la muerte.

    Podría también sentir ese tipo d e miedo cuando sale de la casa, ya sea para realizar una pastoral, trabajar e ir hacer un trámite, lo primero que se hace cuando vas en el bus, sabes que llevas algo de valor, miras a tu alrededor y cuando se ve que suben personas sin buenas intenciones es donde el cuerpo siente esas características que haz descrito y por ende sabes si saldrás a salvo de ello o encuentres la muerte allí, otra forma de verlo puede ser cuando se esta durmiendo, puedes probar con esos ejemplos pueden ayudarte

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