¨La
indiferencia en nuestras relaciones interpersonales cotidianas¨
Larry José López Toruño 2029113
Según Habermas, si no hay la
base para definir que algo es reprobable, no lograremos percibir cuando somos
agredidos. Para ello, lo primero que se debe manifestar es el autoconocimiento.
La importancia del conocimiento de sí mismo, ha sido remarcada por muchos
filósofos, basándose en las palabras inscritas en el templo de Apolo. En la
entrada de dicho templo se encontraba escrita la frase ¨Conócete a ti mismo¨ y,
también predicaba Sócrates, razón por la cual, se atribuye el origen de la
frase a Sócrates. Definitivamente el conocimiento de uno mismo, proporciona la
libertad interior y el desarrollo humano.
Para Hegel el reconocer al
individuo como viviente significa reconocerlo como un todo para sí. Definiendo
al individuo, como indiferencia (unidad indiferenciada de posesión de vida) de
todas las determinaciones, en cuanto es uno con la vida. Siendo la vida del
individuo, la abstracción de su intuición elevada a lo supremo.
De forma subjetiva el
individuo para Hegel es la esencia libre. En el reconocimiento de la vida del
individuo, cabe la posibilidad del no-reconocimiento y de la no libertad, en
otras palabras Hegel manifiesta la incertidumbre que cae sobre la vida y la libertad del individuo en
un estado de naturaleza. Por ello, el reconocimiento descrito por Hegel, sería
un reconocimiento carente de relación, es decir, un reconocimiento en el que
los individuos no se relacionan ni se reconocen como esencias libres o
subjetivas, sino el que se encuentra solo como simples determinidades de la
vida, como simples vivientes que aparecen uno al lado del otro, expuestos
constantemente a la pérdida de la libertad o de la vida.[1]
Retomando lo antes escrito,
desarrollaré mi trabajo fenomenológico en tres ambientes, donde a pesar de ser lugares
de encuentro de individuos y propicios para lograr buenas o excelentes
relaciones interpersonales, se da una falta de reconocimiento profundo de
posesión de vida en las personas. Estos lugares son:
1. La Universidad
en el momento de transición entre un grupo y otro.
2. En
el microbús durante viajo a la Universidad.
3. En
las eucaristías especialmente antes de la paz.
4. En
las eucaristías celebradas en iglesia de clase media alta yendo mal vestido.
[1] https://books.google.com.gt/books?id=-x58MvBBSPEC&pg=PA83&lpg=PA83&dq=indiferencia+de+hegel&source=bl&ots=8JBtOrH94y&sig=G9rpHLCak2bQDzxzTS6U3jRLYUw&hl=es&sa=X&ei=P0X1VL3gHubdsASz04DgAQ&ved=0CCEQ6AEwAQ#v=onepage&q=indiferencia%20de%20hegel&f=false
Excepto la referencia concreta a Habermas, el primer párrafo es bastante comprensible. Los siguientes dos, sobre Hegel, aparte de que te falla la gramática y la redacción, quedan bastante oscuros... Tratá de expresar el valor que vos considerás filosófico de tu problema en tus propios términos, más sencillos y directos. Estoy seguro que tenés una buena intuición al respecto, pero está velada en esta pequeña incursión a la historia de la filosofía.
ResponderBorrarRespecto de tus propuestas de experiencias a describir y analizar, veo como prejuiciante el considerar a priori la idoneidad de la universidad y la iglesia para las relaciones interpersonales profundas. Tratalos como cualquier espacio, sin expectativas (ni prejuicios), y a ver qué sale. No entendí la 4... lo de ir mal vestido...
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