Segundo momento: unas horas antes de la operación. (24 horas).
Es miércoles,
faltan unas horas para la operación, son las 7.30 de la noche, estoy en mi habitación,
muy agitado, debo dejar todo en orden.
Revisé mi correo, muchas
personas, familias y amigos me escribieron, expresaron muchas cosas positivas y
oraciones por mi pronta recuperación.
Es jueves
26 de marzo, son las 5 de la mañana, mi reloj me acaba de despertar. Hoy me internaré
en el hospital.
Me bañé, organice mi maleta, fui
a la oración con los hermanos. Todos expresaron su apoyo y sus oraciones, no sabía
que decir o que hacer, solo estaba en silencio. Mediante se acerca la ora, mis músculos
se ponen rígidos, a veces mi corazón palpita más fuerte, tengo una sensación de
fuga, como querer gritar.
Antes de salir de casa, le pedí
al hermano párroco que me diera la bendición. Fue un momento muy intenso, él
puso su mano en mi cabeza y cerré mis ojos…
pensaba en muchas cosas… no las tengo claras, fue muy rápido. Sentía algo
en la garganta y mi pecho, como cuando queremos decir alguna cosa pero no se
nos permite. Sentí abandono, abrí los ojos y quise llorar pero me contuve.
Ya es
hora de irme, dos hermanos me acompañan, me empiezan hacer preguntas en el
camino, no pongo mucha atención, estoy ensimismado, pienso en posibles
consecuencias. Llegué a la antigua, entre por la puerta lateral del hospital.
ví a mucha gente, muchos
doctores caminaban y a unos ancianos con bata, me visualisé así en pocas horas,
caminaban despacio, con suero. Me
sentia como desconectado, caminaba y era como que si estuviera dormido, mis manos
empesaron a sudar, solo seguia al fraile encargado de mi operación. Me dirijí al
laboratorio y me tomaron unas muestras de sangre, estaba más nervioso como de
costumbre, el pinchazo me dolió mucho, cuando observé la sangre, sentí una
corriente extraña en mi cabeza, en la parte izquierda, como que algo mojado
haya pasado por ella, o como cuando la piel se eriza por algún estimulo
externo.
Ya es el
momento, después del registro quedaré internado.
Mientras esperaba mi turno, empecé
a caminar en el pasillo, estaba “chascando”
mis dedos, y tenía mucho frio. Había mucha gente, algunos estaban rezando, los
doctores sonreían y otros daban malas noticias. Decidí que era tiempo de
tranquilizarme, empecé a respirar lentamente, y me senté cerré los ojos, hice
una pequeña oración.
Me dirigí a registro, di mis
datos, la señorita, me observó y después de introducir datos en la computadora
expreso: “no me asuste fray”, que paso le dije, hay un error en los datos, su operación
fue cambiada para en abril…
Después de hacerle más preguntas,
me moleste, me dio mucho miedo el pensar que de aquí hasta ese tiempo, me vayan
a internar de emergencia. Me sentía incómodo, ya estaba dispuesto, me había preparado
psicológicamente.
Mi ritmo cardiaco disminuyo, y di
un fuerte suspiro, me dio mucho apetito y mientras caminada al comedor, me sentí
más libre, liviano, y con mucha hambre, comí de todo lo que me ofrecieron y me
dispuse a disfrutar del momento. ¿La tensión, los nervios que se hicieron? hice
algunas bromas, mientras me disponía a prolongar mis sentimientos por más
tiempo.
Regresé a casa y escribí esto.