TEMA:
¿Que es el deseo?
EXPERIENCIA
VIVIDA.
Mi
experiencia fue de dos maneras para lograr una diferencia entre ellas: Teniendo
la papaya delante de mí (sobre la mesa) del comedor de la casa, imaginándome los pedazos de papaya sobre una
mesa en la calle y al alguien comiendo y disfrutando.
En
el comedor a la hora del almuerzo del día jueves, a la una y media, llegue a la
mesa con hambre y comí. Después de comer, casi por terminar pasaron la papaya a
la mesa y se me dio el deseo de comer; sin embargo, en ese momento me privé de
ella y es un alimento que me gusta. En
ese instante me quedé observando a los
demás que estaban saboreando la papaya, en seguida, sentía que tenía en mi
interior una sensación que fluía que me decía come y me inducía a comer una porción
de papaya y me aguanté.
Después
de un buen rato me di cuenta de que no la necesitaba porque estaba saciado y no
era por hambre sino simplemente porque me gustaba. Seguía haciendo el
ejercicio, terminaron de comer la papaya y no quedo nada, se me fue reduciendo
el deseo hasta que nos levantamos de la mesa. De repente se me desapareció el
deseo de comerla.
A las
cuatro y media de la tarde del día jueves estaba en el cuarto, dejé un tiempo
para imaginar la papaya sobre la mesa y
alguien comiendo. Pero traté de no ver la misma papaya del cual hice la experiencia anteriormente
sino que en un lugar diferente donde
están pasando mucha gente y comiendo cosas diferentes, claro, algunos disfrutando la papaya que llevaba en
una bolsita. Lo interesante es, que no se me despertó el mismo deseo de la
primera experiencia, sentía que faltaba la presencia real de la papaya que me
produzca las ganas de comer.
Entrando
en las variaciones de objetos de la experiencia, decidí realizar una vivencia
en el almuerzo del día martes a la una de la tarde con quince minutos. En el
almuerzo se acostumbra comer fruta, pero, ese día en el menú pusieron piña. El
único problema que a mí no me gusta la piña por el recuerdo que he tenido en
algunas ocasiones que no es tan dulce y cuando está muy ácida me hace daño la lengua y después me dificulta
comer y pierde el sabor de los alimentos.
De
esta manera puedo afirmar para que el deseo este presente tiene que haber un
gusto hacia la comida, en este caso,
para sentir un deseo profundo me tendría que gustar la piña. Sin
embargo, la experiencia vivida en estas dos frutas: la papaya y la piña, puedo
decir que influye mucho el sabor y la higiene de los alimentos; por lo que
pude percibir en mi experiencia con la
papaya. De lo que si me di cuenta con la piña fue que me afecto completamente
el recordar que en algunas ocasiones he comido y me han salido ácidas por eso al tener la piña enfrente ni siquiera
se me ocurrió probar si esta dulce o no, aunque, la piña se miraba bien madura
como que si estuviera dulce. A mi criterio, aparte de los alimentos mencionados
resalta mucho en mi experiencia lo agradable en el sentido del sabor.
En
conclusión mi experiencia es completamente distinta en el sentido de las
sensaciones causadas por los alimentos de
lo que hice el experimento y la respuesta es totalmente contraria porque en la
primera experiencia pude sentir el deseo y en la otra rechace completamente.
ANALISIS
DE LA EXPERIENCIA DEL DESEO HACIA LA COMIDA.
He
tomado tres tipos de cosas para experimentar el deseo, aunque, me faltan otras
descripciones que todavía quiero realizar para encontrar una definición más
factible desde la experiencia real ante las cosas.
De
acuerdo a mi experiencia ante el deseo de la comida, llego a la conclusión que
no necesariamente se desea cuando hay hambre sino que influye el aspecto del
gusto y del sabor que contiene el alimento, de igual manera, pude comprobar de
que en algunos alimentos es necesario la presencia real de lo que uno desea y
como puede haber un deseo hacia algo que no necesariamente está a mi alcance,
simplemente traer a la memoria algún alimento que satisface una necesidad. Aquí
puedo afirmar que siempre hay un gusto y sabor en las dos experiencias
realizadas pero con menos grado de deseo.
El
deseo es un tipo de placer porque satisface una necesidad vaga que al final no
tiene sentido porque no está saciando una necesidad inevitable sino que
simplemente comer por comer. Al final el deseo es condicionado y momentáneo.