Las primeras tres preguntas ya exhiben una forma informada por las discusiones de clase. Eso no está mal, pero sí me hace cuestionarme acerca de la diferencia entre preguntar, por ejemplo, ¿cómo experimento la sensación de admirar?, como escribís, y ¿cómo experimento el admirar? o ¿en qué consiste (qué es o a qué se llama) admirar? Los objetos intencionales cambian: la sensación de admirar, la experiencia de admirar, la esencia de admirar... ¿Qué tan significativos son estas variaciones? ¿Qué tanto pesan para una respuesta acertada.
La última pregunta sí que se siente más viva, más como natural, con todo y el extraño uso del verbo existir. Si la formalizamos un tanto, interpretando lo que creo que es tu preocupación central, quedaría algo así como: ¿hasta qué punto son compatibles la mentira y la piedad, o son completamente incompatibles? Obvio que se trata de una comparación de dos realidades, la mentira y la piedad, con vistas a determinar si pueden coexistir y hasta qué punto.
Las primeras tres preguntas ya exhiben una forma informada por las discusiones de clase. Eso no está mal, pero sí me hace cuestionarme acerca de la diferencia entre preguntar, por ejemplo, ¿cómo experimento la sensación de admirar?, como escribís, y ¿cómo experimento el admirar? o ¿en qué consiste (qué es o a qué se llama) admirar? Los objetos intencionales cambian: la sensación de admirar, la experiencia de admirar, la esencia de admirar... ¿Qué tan significativos son estas variaciones? ¿Qué tanto pesan para una respuesta acertada.
ResponderBorrarLa última pregunta sí que se siente más viva, más como natural, con todo y el extraño uso del verbo existir. Si la formalizamos un tanto, interpretando lo que creo que es tu preocupación central, quedaría algo así como: ¿hasta qué punto son compatibles la mentira y la piedad, o son completamente incompatibles? Obvio que se trata de una comparación de dos realidades, la mentira y la piedad, con vistas a determinar si pueden coexistir y hasta qué punto.